El médico infectólogo Julián Bibolini se refirió a la actualidad epidemiológica del COVID-19 en la provincia e indicó que “estamos mucho más tranquilos” producto del descenso sostenido de los casos que en la última semana solo 21 diagnósticos se registraron, según se informó en el parte oficial N° 826 del Consejo de Atención Integral de la Emergencia COVID-19 “Dr. Enrique Servián”.
Sin embargo, al mismo tiempo consideró que “esto igualmente sabemos que no ha desaparecido, por lo que pueden volver a subir los casos para invierno”, por ese motivo, hizo hincapié en la importancia de los refuerzos de las vacunas, ya que “creemos que eso va a ocurrir junto a las enfermedades gripales que están presentes obviamente en esa época”.
En ese sentido, se tiene asegurada ampliamente la accesibilidad de las vacunas para el COVID-19, como ser la última que es la bivalente para las personas de 50 años o más, “así que eso también nos da cierta tranquilidad”, sostuvo el profesional.
“Si bien la bivalente con respecto a las demás vacunas no tiene mucha diferencia”, explicó, aunque “es verdad que es más nueva, de última generación”, pero más allá de eso, “las anteriores son también muy buenas”, marcó.
Es decir que, “cualquiera de las vacunas disponibles nos protegen, lo importante es entonces tener el refuerzo aplicado en los últimos meses”, pero no más allá de seis meses”, aconsejó, ya que de superar ese tiempo ya “prácticamente no tendrá ninguna defensa contra la enfermedad, sea la bivalente o no”, clarificó.
En consecuencia, su principal recomendación en este momento es reforzar los esquemas de vacunación con la tercera, cuarta y quinta dosis según corresponda.
En otro orden, fue consultado el médico infectológo por la gripe aviar que afecta a las aves y es un virus que ya está presente en el mundo con casos que se han presentando en distintas partes del planeta, pero que no tuvo un impacto de pandemia como el coronavirus.
Gripe aviar
Refirió a la Agencia que la transmisión de este virus, pero que proviene de las aves, “rara vez se transmite en seres humanos, sin embargo, como está el riesgo de que esto pueda suceder, aunque es relativamente baja”, informó, es que la noticia se sigue de cerca en materia de salud.
En ese sentido, planteó un caso hipotético de que “un ave silvestre con ese virus empezara a infectar a una o dos gallinas y luego a toda la producción de un lugar cualquiera, claramente esto puede generar un impacto grave”.
Y si después eso continúa expandiéndose “a otras aves de la zona, sin tener un control, es que puede haber muchas más posibilidades de que una persona lo contraíga al tomar contacto con la gripe vía secreciones respiratorias o materia fecal del animal”, alertó.
Pero al mismo tiempo, clarificó Bibolini que el contagio no se da por consumir una gallina”, sino que explicó que “en la manipulación previa del transporte y criadero mismo, los corrales y la limpieza, en todas esas etapas como los animales están todos juntos, uno puede inhalar o llevarse las manos a los ojos y adquirir la infección, que puede causar una neumonía grave una gripe”.
La diferencia es que, “para la influenza tenemos vacunas, en cambio contra la gripe aviar no hay vacunas, la que es puramente de las aves”, finalizó.