“A los porteños nunca les interesó el país, las provincias del norte hicieron la Argentina. Si Belgrano, San Martín y Güemes les hubieran hecho caso a lo que les decían los porteños, todo esto no sería de Argentina, porque no les importa el interior del país”.
En uno de sus encuentros con pobladores del oeste, en el marco de una gira que desarrolló a principios de mayo pasado por comunidades de la zona, el gobernador Gildo Insfrán dejó en claro que al decir “porteños” se refiere a los oligarcas, no a quienes residen en la Capital Federal.
En ese sentido, Griselda Saldarini, profesora en Historia, especialista en historia regional, docente en la Universidad de Formosa y capacitadora en el Instituto Pedagógico Provincial (IPP), aludió a los conceptos expresados por el mandatario sobre el federalismo y el unitarismo, esclareciendo sobre ese discurso malintencionado que desde los medios porteños se intenta instalar, al sacar de contexto los dichos del Gobernador.
Al ser entrevistada por AGENFOR, inició diciendo que “dentro de todos estos diferentes cambios de contextos y realidades, siempre la historia fue contada desde un solo lugar, que es este centralismo porteño”.
En efecto, “cuando el Gobernador se refiere a esta cuestión hace referencia a algo que va mucho más atrás. Desde la etapa colonial, del mismo Virreinato de la Gobernación del Río de la Plata, se inicia lo que fue la fundación de Buenos Aires. Y la primera capital de este Virreinato fue Asunción, donde la población que la conformaba es la que luego pobló lo que sería Buenos Aires”.
Además, “la población del norte fue la que logró una constante defensa de los españoles por esos territorios del norte”, donde se encontraba un territorio ávido de población, tierras y producción, que era deseado por estos países europeos que habían colonizado todas las tierras, se explayó.
Es decir, “se habla de un Norte Grande porque del norte salió esa población que fue conformando después todo el resto del país y con las diferentes transformaciones territoriales desde lo que fue el Virreinato del Río La Plata, luego la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata y más adelante la República Argentina”.
“Belgrano, Güemes y San Martín, a través de su defensa del territorio del norte y la integración latinoamericana, buscaban la independencia de los europeos. Ese era su objetivo principal y su lucha”, marcó.
Hizo notar que “San Martín, obviamente, nació en Yapeyú, Corrientes. Güemes, defensor de la guerra gaucha y así sucesivamente con los diferentes países que se integraron para poder defenderse. Y la independencia misma, que surge en Tucumán”.
A partir de ella, “se desata una confrontación civil entre dos posturas: unitarios y federales. Estos últimos que trataban de defender la igualdad territorial en cuanto a las provincias, mientras que el unitarismo defendía el centralismo porteño, el cual siempre miraba al europeo como ese ejemplo de civilización y aquel que no coincidía con ese ‘modelo’ que tenían los europeos eran considerados que pertenecían a la barbarie”, evocó.
En consecuencia, “la oligarquía surge de estos modelos orientados al liberalismo que miraban al europeo como el ejemplo, dejando a las provincias como sectores en una condición de inferioridad”.
En esa línea, sobre el riesgo que significa querer instalar esa mirada eurocéntrica en las provincias, al margen de anular la diversidad cultural, la idiosincrasia y las raíces propias de cada jurisdicción, “implicaría la total asimetría entre todo lo que es el territorio argentino; es la desigualdad de condiciones a lo que era Buenos Aires y al resto de las provincias”.
Por eso se da “este enfrentamiento constante entre un liberalismo que buscaba satisfacer los intereses europeos, estando bien con esa oligarquía porteña, que en ese momento y también ahora, como bien lo dijo el Gobernador, poco y nada les importaban las provincias, cuando éstas eran las principales productoras y exportadoras de las materias primas”.
Justamente, “ese era modelo económico que propiciaba este sector que miraba a Europa como el ejemplo, favoreciendo, en la década del ’80, a los terratenientes porteños oligárquicos con el proyecto agroexportador, donde los europeos se sustentaban de nuestra producción para poder producir con la manufactura, perdiendo siempre los países latinoamericanos”.
“Esa misma división, esa mirada europeizante, del ‘otro’ sin tener en cuenta nuestro valor, lo que nosotros tenemos y producimos, existe aún hoy y nos limita muchas veces para producir aquello que estamos en condiciones de hacerlo”, advirtió la especialista.
En ese punto, recalcó que “esto es lo que defiende el gobernador Insfrán. Defiende nuestra esencia, lo que nosotros somos capaces como formoseños y comprovincianos, de poder llegar y hacer, de esas posturas centralistas, donde lo que ellos pretenden es beneficiarse de lo nuestro para lograr desarrollarse de una manera egoísta, no respetando esa diversidad a la hora de la justicia social, la equidad y la igualdad”.
Oligarquía
“Estos sectores oligárquicos pretenden preservar el poder económico, social y político, pero en pocas manos –afirmó Saldarini en diálogo con esta Agencia-. Son aquellos sectores que también los vimos durante los Gobiernos neoliberales que buscan privatizar, apropiarse de la mayoría de los bienes y la producción y sustentarse de todo lo que producen las provincias para beneficio propio, no para todo el pueblo argentino en general”.
En resumen, se trata de la riqueza en pocas manos. “El origen de la oligarquía se da con esto: con la riqueza en pocas manos –enunció-. Ya desde 1880 esa era la idea de los oligarcas, los que tenían el poder, los terratenientes porteños que se beneficiaban del puerto y de montones de factores económicos, políticos y sociales. Buscaban esa centralización del poder a través del unitarismo. Y durante la década del ‘80 también lo vemos presente en esa homogeneización de la población”.
“El mismo Sarmiento decía que había que derramar sangre gaucha, estaban en contra de todo aquello que era diferente y buscaban un modelo de argentino que más bien respondía al europeo y no a la esencia nuestra”, concluyó.