Técnicos de la región oeste del Ministerio de Producción y Ambiente pusieron en marcha el proyecto de engorde de caprinos en peladares recuperados. Los animales son manejados en parcelas bajo un sistema de pastoreo rotativo intensivo, con el objetivo de aprovechar al máximo la calidad y la disponibilidad del forraje regenerado en dichas áreas.
Este trabajo se realiza en forma mancomunada entre el Ministerio de la Producción y Ambiente, el Instituto Técnico Superior en Formación Bilingüe, productores ganaderos de la zona, el Instituto PAIPPA y el Municipio de El Chorro.
El coordinador del Ministerio de la Producción y Ambiente en la Región Oeste, el ingeniero Flavio Orellana, detalló que, en principio, se brindó una jornada de capacitación, donde los técnicos del MPyA explicaron la importancia de la instalación del alambrado eléctrico y el armado de un corral para que los animales se acostumbren inicialmente a ese espacio.
Orellana continuó explicando que al día 30 se pesaron los cabritos y fueron clasificados y agrupados por categorías según rangos de peso vivo. Posteriormente, fueron alojados en los corrales para el acostumbramiento al alambre eléctrico.
Informó que el proyecto se está realizando en Cañada Rica, ubicado a nueve kilómetros de El Chorro. En dicho predio se viene trabajando para la recuperación de los peladares que allí se encuentran, mediante la preparación de suelo y la siembra de cinco hectáreas de Gatton panic.
En este sentido, agregó que hoy, con la pastura ya implantada, “el pastoreo rotativo implementado constituye una forma de reutilizar estas áreas reconvertidas y que puedan ser aprovechadas nuevamente por el productor, los estudiantes del Instituto, hijos de productores y comunidades originarias, adoptando un manejo simple con tecnologías disponibles”.
Comentó también que para complementar la dieta forrajera se utilizan alimentos balanceados, con la posibilidad de incorporar recursos de la zona como por ejemplo las chauchas de algarrobo.
En esa línea, informó que se preparó un corral donde están los cabritos, más una parcela de pastoreo rotativo con alambrado eléctrico donde diariamente se van rotando. Inicialmente se trabajó con 50 cabritos, con un promedio de ocho o nueve kilos de peso vivo.
“Hoy ya estamos hablando de más de 70 cabritos y alrededor de 10 productores y sus familias que reciben este beneficio, algunos pertenecientes a las comunidades aborígenes de El Chorro”, destacó Orellana.
De esa manera, dijo que la semana pasada se encerraron aproximadamente 40 cabritos, señalando que “queremos terminarlos con el peso óptimo para el día del padre y poder venderlo en las ferias locales, en un trabajo conjunto con el PAIPPA”.
Añadió que “vamos a continuar con los demás animales que están con bajo peso y también, falta cargar para seguir trabajando con el alimento balanceado.
Al cerrar, sostuvo que “la producción caprina en el oeste provincial es muy importante, ocupa el segundo lugar después de la ganadería bovina”, destacando que “la mayoría de los cabritos están en manos de productores de las comunidades aborígenes”.