A partir de la celebración de los actos de la Independencia Argentina, el economista Adrián Muracciole reflexionó que “el 9 de julio de 1816, los argentinos decidimos romper las cadenas que nos ataban con el imperio español. En el contexto de la invasión napoleónica, se crearon las condiciones para que las naciones sudamericanas pudiesen avanzar hacia su liberación”.
Resaltó el docente universitario que “en nuestro país, así como en Chile y Perú, tuvimos a San Martín como el máximo exponente de esa generación de patriotas que nos independizaron, acompañado de hombres como Belgrano o Moreno y mujeres como Juana Azurduy o María Remedios del Valle. Son grandes exponentes del proceso independentista y todos ellos comparten una característica común: terminaron su vida en el exilio y/o lejos de las posteriores decisiones que se tomaron en el Puerto de Buenos Aires una vez finalizadas las batallas por la liberación de la Patria”.
Prosiguió Muracciole mencionando que “nuestro proceso independentista no tuvo en Buenos Aires hombres a la altura de la hora. Al contrario, la oligarquía porteña que ya existía en épocas de la colonia privilegió como tantas otras veces en la historia sus intereses por sobre el bien colectivo. Esa élite conservadora afianzada en el Puerto de Buenos Aires rápidamente tejió alianzas con el imperio ingles que era igual o más dañino que el español en términos de lógicas de dominación”.
“El empréstito tomado por Rivadavia fue la punta del iceberg de un nuevo proceso de dependencia, esta vez al imperio inglés. Como diría Jauretche, con Belgrano fallecido y San Martín en el exilio, los argentinos que habíamos firmado la independencia política en 1816, solo habríamos cambiado de collar para 1824”, afirmó.
Reflexionó que “las deudas y las divisiones internas fueron las armas que uso el imperio inglés para dominarnos. Ya sea a través de las largas batallas entre unitarios y federales que culminaron con la victoria mitrista en la batalla de Pavón o las guerras contra nuestros hermanos latinoamericanos como la de la triple infamia, la Corona británica logró socavar nuestra soberanía con estrategias de sometimiento distintas a la española, pero igualmente efectivas”.
Posteriormente, sostuvo que “tuvieron que pasar casi 150 años desde el 9 de julio de 1816 para que otro patriota tuviera el coraje de lograr la efectiva liberación que no puede ser completa, si antes no rompemos las cadenas de la deuda externa. Fue el presidente Juan Domingo Perón quien, declarando la independencia económica en 1947, nos otorgara los elementos fundamentales para ser verdaderamente soberanos. Ese año, por primera vez en nuestra historia, las argentinas y los argentinos tuvimos independencia económica, soberanía política y justicia social”.
“No es casualidad que la declaración de la independencia económica en 1947 fuese un puntal de los 10 mejores años que vivió nuestro país en términos de desarrollo económico y distribución del ingreso”, comentó el docente de la UNaF.
Muracciole sostuvo que “los formoseños sabemos bien la diferencia entre tener independencia económica o no tenerla”, ya que “nuestra provincia estuvo endeudada por mucho tiempo y fueron muchas las generaciones de comprovincianos con sueños truncos porque los Gobiernos unitarios de la nación se habían olvidado de nosotros”.
“Luego, fuimos testigos del surgimiento de un modelo político que organizando la comunidad logró la independencia económica de la provincia, en conjunto con una transformación de las condiciones estructurales, sociales y económicas sin parangón en la Argentina”, consignó el economista y agregó que “a partir del Gobierno de Gildo Insfrán dejamos atrás ese pasado de atraso y dependencia y logramos una provincia que solo existía en los sueños de nuestros abuelos”.
Finalizó reflexionando que “la decisión de ser libres requiere del coraje de hombres y mujeres a la altura de la hora, que tomen decisiones en el marco de un proyecto emancipador y logren acompañamiento popular con liderazgos fuertes”.
Por eso, “el poder factico afincado en el unitarismo porteño, que siempre nos quiso arrodillados, ataca a esos conductores que buscan una Argentina verdaderamente independiente y federal”.
“Nuestra mejor arma ante eso es el permanente ejercicio de la memoria, la unidad y organización popular y la defensa de los modelos que sostengan los pilares de la independencia y la soberanía, para lo cual el desendeudamiento es fundamental”, concluyó.