Los vecinos respondieron de manera positiva a las dos ferias francas del Instituto PAIPPA que retomaron sus actividades en el primer viernes hábil del año 2024.
Es así que las dos propuestas ubicadas en el playón del organismo ubicado en Padre Grotti 1040 y también en el Polideportivo del barrio La Paz, tuvieron la convocatoria esperada por parte de los pequeños productores que desde temprano se instalaron para ofrecer sus productos frescos.
Así lo confirmó la jefa de Comercialización del PAIPPA Pamela Moreyra al señalar que las ferias retomaron su actividad, sin pausa, tras las fiestas por Navidad y Año Nuevo, y continuarán durante la época estival.
“Desde hora temprana se vendió muy bien, los vecinos saben que tienen que venir a primera hora, sobre todo por el calor, entonces la producción se vende y termina mucho más rápido” comentó a Agenfor.
Ratificó la funcionaria que los vecinos ya tienen esa costumbre de hacer sus compras bien temprano, lo que facilita a los productores retornar también a su localidad.
“Desde el área de Comercialización todas las semanas hacemos un relevamiento de los supermercados locales, como APA y Cáceres, las diferencias son muy grandes. Para dar un ejemplo comprar acá un melón puede salir $1.300 y en el supermercado el kilogramo sale $2.300, así como las bananas que se venden en los súper a $2.200 el kilogramo, mientras que en las ferias tenemos la docena a $400” explicó.
Entre otras diferencias, los mazos de cebollita de verdeo y perejil se ofrecen a $1800 el kilogramo en los supermercados locales, mientras que en las ferias pueden conseguirse mazos grandes por $300.
Encontrar un equilibro
Tras confirmar que las ferias continuarán durante el verano, Moreyra señaló que además se intentará continuar manteniendo buenos precios, ya que la concurrencia de vecinos es creciente. “No sólo vienen a buscar la calidad que saben que nuestros productores pueden ofrecer, sino también precios, la gente recorre y busca mejorar su economía” explicó.
Dijo que en este contexto, el PAIPPA debe lograr un equilibrio entre la economía familiar del vecino, pero también del pequeño productor agropecuario que debe recuperar su inversión y también obtener una ganancia.
“Tratamos de lograr un equilibrio económico para la familia, pero también cuidando la economía de nuestro productor, tratar de que sea lo más llevadero posible” enfatizó Moreyra.