El médico infectólogo Julián Bibolini explicó la imposibilidad de combatir mediante fumigación aérea al mosquito transmisor de enfermedades como el dengue, encefalitis equina del oeste, zika, chikunguña y otras, de acuerdo a recomendaciones del Ministerio de Salud de Nación y desechó de esta manera las ideas “sin sustento profesional y peligrosas de personajes que no dan tregua en su afán de mal informar a los ciudadanos formoseños”.
“Y tal es la poca aplicabilidad de esto que la última recomendación emitida por el Ministerio de Salud de la Nación a través de la Red Argentina de Vigilancia de la Resistencia a los Plaguicidas de Uso en Salud Pública, explica los motivos de por qué no se recomienda este método para combatir al mosquito Aedes aegypti”, sostuvo Bibolini.
De esta manera, precisó que entre los principales motivos se encuentra que Argentina no dispone de aviones pulverizadores ni pilotos certificados para salud pública con los requerimientos técnicos exigidos por Organización Mundial de la Salud (OMS) para garantizar la efectividad de los rociados en el control de mosquitos.
Al mismo tiempo, las pulverizaciones aéreas podrían provocar grandes problemas ambientales, alertó.
Y resaltó que “las aplicaciones realizadas sin los procedimientos técnicos exigidos ponen en mayor riesgo la salud pública y el ambiente”, añadiendo que “pueden causar un impacto negativo en la biodiversidad y en particular un efecto perjudicial en polinizadores y otras especies de insectos benéficos”.
Bibolini detalló que “en este sentido hay que diferenciar que respecto a la pulverización con vehículo, la eficacia de la pulverización aérea nunca fue evaluada en Argentina. Estudios realizados en el mundo, muestran que el método aéreo es menos eficaz que la pulverización con vehículo (ULV) y explican que el adulto de Aedes aegypti, a diferencia de otros mosquitos, vive dentro de los domicilios y debajo de las plantas de los patios y jardines, por lo que un rociado aéreo tendrá una baja penetración de gotas de insecticidas en dichos ambientes y no podrá controlar sus poblaciones”.
Finalmente, subrayó que “por eso cuando se dicen estas cosas en redes sociales sin ningún sustento científico ni profesional no solo se desinforma, sino que se juega con las esperanzas de personas que quizás llegan a creer estas cosas dichas livianamente por políticos que no se toman el trabajo de informarse”.
Y remarcó que “hay algunos estudios, como el publicado en el año 2017, donde se encontró un aumento de diagnósticos de retraso en el desarrollo neurológico en población pediátrica en una región con aplicaciones aéreas anuales de pesticidas piretroides para combatir la encefalitis transmitida por mosquitos”.