La tercera edición de fútbol femenino del Torneo de la Amistad “Copa Gildo Insfrán”, que culminó el pasado domingo 2 de junio en la localidad de Estanislao del Campo, contó con una peculiar y significativa copa de consagración, ya que fue hecha por artesanas de la zona con materiales típicos de las etnias Wichí, Pilagá y Qom.
La Agencia de Noticias Formosa (AGENFOR) dialogó con Ivana Luz Sosa, la artesana qom responsable del premio, quien declaró sentirse privilegiada “y feliz por haber sido convocada para realizar el trofeo”, agregando además que de esta manera se visibiliza “el trabajo que diariamente hacemos”.
Indicó que todo surgió a raíz del contacto que entabló con ella el equipo organizador. “Lo primero que me preguntaron es si podía hacer la copa y cuáles eran los materiales que habitualmente ocupo”, relató.
“Les comenté que uso hojas de palma, totora, carandillo y chaguar”, precisó al marcar que así nació “la propuesta que para mi significó algo nuevo y único”.
Además, agregó que los “los tres trofeos tienen un significado especial, porque fueron hechos con mucho amor e incorporando todos los materiales como una especie de unión de todos”.
“Estoy muy agradecida al gobernador (Gildo Insfrán) por haberme dado la posibilidad de poder mostrar lo que nosotros hacemos. También, muy agradecida con mi madre, a quien todavía la tengo al lado acompañándome, porque fue ella quien desde chica me inculcó esto y, ahora, de grande, tengo la posibilidad de poder enseñarles a otras personas de mi propia comunidad para que esta tradición no se pierda”, expresó emocionada a AGENFOR.
Dentro de los reconocimientos, incluyó “a Dios, por haberme dado este don, este talento, que es parte de nuestra cultura y que consiste en realizar diferentes artesanías con los materiales extraídos del monte”.
Asimismo, acentuó que “estas experiencias se transmiten de generación en generación y con este trabajo se ha salido de lo tradicional, porque por lo general solo confeccionamos bolsos y cestos que luego son vendidos y son los que nos dan el sustento día a día”, indicó.
De esta manera, Ivana logró reflejar con ellos el espíritu que está conectado, estrechamente, con los orígenes multiétnicos, pluriculturales y el entorno geográfico formoseño.
Este evento, además de trascender lo deportivo y fraternal congregando a más de 100 equipos de jugadoras de las etnias Wichí, Pilagá y Qom y criollas, fue una verdadera fiesta de amistad, inclusión e integración.