Así lo afirmó la diputada nacional Graciela Parola, quien lamentó la poca presencia y acompañamiento por parte del principal Pastor de la Iglesia Católica en Formosa, el Obispo José Conejero, ante el difícil momento que atraviesa el pueblo formoseño debido a la pandemia mundial de Covid-19.
Se mostró sorprendida que el obispo haya reaparecido después de mucho tiempo en los medios de comunicación recordando la necesidad el sostenimiento de la Iglesia a través de las donaciones y colaboraciones monetarias por medio de transferencias bancarias ante la imposibilidad de reunirse en el templo, pero que nada haya dicho respecto del enorme trabajo que se viene realizando en unidad entre el gobierno y la comunidad formoseña desde hace más de un año para cuidar al pueblo mediante medidas de carácter social, económico e incluso desde el voluntariado que realizan quienes acompañan a las personas en los Centros de Asistencia Sanitaria, en los Hospitales, en los domicilios, como también en cada jornada de vacunación.
En relación a esto último y a la esperanza que significa la vacuna para la población, Parola advirtió que el mismo Obispo pudo percibir ese trabajo y esa sensación, puesto que recibió la primera dosis de la vacuna contra el Covid-19 como tantos otros formoseños y formoseñas.
La diputada reconoció la importancia fundamental que tiene el acompañamiento espiritual y moral en los momentos difíciles, “sobre todo para quienes profesamos la fe cristiana”, dijo, y recordó la escena que se vivió días atrás en el Hospital Evita donde pastores y fieles de Iglesias Evangélicas oraron por la recuperación de los pacientes allí internados, médicos y trabajadores de la salud. En ese sentido reconoció que si bien hay muchos sacerdotes, religiosas, laicos y miembros de las diferentes pastorales que acompañan a sus comunidades, sería muy bueno ver un gesto de esta naturaleza por parte de quien es el principal referente de la Iglesia Católica en Formosa, y recordó las palabras del Papa Francisco en su primer misa crismal del año 2013 donde le pidió a los sacerdotes que “no terminen tristes ni convertidos en coleccionistas de antigüedades sino que sean pastores con olor a oveja, pastores en medio de su rebaño.”
Asimismo, indicó su asombro respecto de que entre sus palabras el Obispo no haya mencionado o expresado sus condolencias a familiares de las 443 personas que fallecieron a causa de este brutal virus, como tampoco alguna palabra de aliento para los comprovincianos y comprovincianas que se encuentran atravesando la enfermedad, y nuevamente volvió a recordar al Papa Francisco quien, en una entrevista mantenida con la TV italiana en referencia al difícil momento que atraviesa el mundo ante la pandemia, mencionara que “este es el momento de «pensar en el nosotros y borrar el yo por un período de tiempo, ponerlo entre paréntesis. O nos salvamos todos con el «nosotros» o nadie se salva». Desafiándonos a hacernos cercanos al otro, cercano a la situación, cercano a los problemas, cercano a la gente».
Para concluir la legisladora reflexionó diciendo que “la indiferencia nos mata, porque nos distancia, la palabra clave para pensar en las formas de salir de la crisis es la palabra «unidad». Si no hay unidad, no hay cercanía y este momento de crisis, exhortó, «todos debemos renunciar al yo y abocarnos al nosotros y buscar la unidad frente a la crisis». En este momento, reafirma con fuerza, «un político, un pastor, un cristiano, un católico, incluso un obispo, un sacerdote, que no tiene la capacidad de mirar a su pueblo y decir nosotros en lugar de yo, es porque no está a la altura de la situación».