El médico epidemiólogo Mario Romero Bruno brindó detalles sobre la curva de contagios y el avance de vacunación a nivel mundial y nacional. También, habló sobre las secuelas de la enfermedad y la importancia de seguir reforzando el cuidado individual y grupal.
“Este descenso lento y progresivo de casos que está teniendo Formosa nos da esperanza. Realmente se están viendo algunos de los resultados esperados con las medidas restrictivas de circulación”, expresó en declaraciones de las que se hizo eco AGENFOR.
En este sentido, amplió: “Si no fuera de esta manera realmente tendríamos que seguir lamentando una creciente de casos, porque sabemos que (el COVID-19) se trasmite exponencialmente, más la variante de Manaos”.
En relación a esta última, recordó que es “más transmisible, agresiva y que afecta más a los jóvenes”.
A su vez, precisó: “La estadística mundial actual de casos positivos a COVID-19, brindada diariamente por la Universidad de John Hopkins, es de 175.138.324 con casi 3.800.000 personas fallecidas y 2.309 millones de dosis de vacunas aplicadas”, señaló.
Respecto a lo último, destacó que “realmente la vemos como algo esperanzador, tanto en la Argentina como en Formosa, llegando a los lugares más recónditos de la provincia” para inmunizar a los comprovincianos.
En contexto detalló que los países que más casos tienen son Estados Unidos, India, Brasil, Francia, Turquía. “Argentina está en el puesto N° 8 de mayor cantidad de casos en el mundo. Realmente esta cifra es importante en el desarrollo de la pandemia”, puntualizó.
“Las distintas curvas de casos desde el 2020 habían aumentado, disminuyendo a principios del 2021 y registrándose, actualmente, un índice más alto que lo registrado en todo el año pasado”, aseveró angustiado, aclarando que “la cantidad diaria de casos en este año también es muy oscilante”.
La importancia de cuidarse
“Además de la vacuna, que es nuestra esperanza de vida, debemos seguir reforzando las medidas de cuidados preventivos, especialmente mientras la transmisión del virus esté alta”, insistió.
Advirtió que mientras este virus no sea eliminado o se esté en la fase de su erradicación, “las personas vacunadas aún pueden ser contagiadas” y es por ello que deben “evitar contactos, usar barbijo y continuar con el distanciamiento social”.
En ese punto, para ejemplificar la importancia de lo declarado, agregó: “La capacidad del sistema sanitario de todo el mundo tiene un límite. Si uno apela únicamente a la responsabilidad individual de las personas, la cantidad de casos sobrepasa al sistema de salud”, estimó.
“Si a esto se le agregan las medidas de distanciamiento social, que son las que ahora en el país y en la provincia se han renovado, la curva va a disminuir permitiendo un descenso gradual de casos”, aseguró.
En este orden, hizo hincapié en que si se mantienen estos cuidados y la sociedad toma consciencia del peligro que está transitando la provincia, “esta reducción podrá ser sostenida en el tiempo y así podremos seguir brindando una mejor atención a las personas que realmente lo necesitan”.
Secuelas
Con respecto de las secuelas con las que quedan algunas de las personas que contrajeron coronavirus, explicó: “Se dan aproximadamente a partir del día 45, ya que algunas persisten con PCR positivo y síntomas”, informó.
A su vez, detalló que la fatiga crónica, la disnea (falta de aire), la fibrosis pulmonar, la falta de olfato, el vértigo, el dolor de cabeza (hasta puede llegar a ser crónico), algún tipo de urticarias en la piel, la pérdida de cabello transitoria, la miocarditis (inflamación del corazón), las embolias pulmonares y el estrés postraumático son algunas de las secuelas que los pacientes recuperados pueden llegar a tener.