El médico neumonólogo Vicente Llanes ahondó en las secuelas que muchos pacientes presentan una vez superado el COVID-19.
En diálogo con la Agencia de Noticias Formosa (AGENFOR), expresó: “El post COVID se ha trasformado en un síndrome que reúne muchos síntomas conocidos y nuevos”.
Aseguró que a medida que se atienden a nuevos pacientes recuperados “van apareciendo otros síntomas”.
En este sentido, recordó que en una primera instancia de la enfermedad las sintomatologías más comunes eran fatiga, falta de aire (disnea), presión torácica y hormigueo, sin embargo luego “se fueron agregando episodios de diarrea, trastorno de sueños (por la noche) y últimamente hay muchas personas que presentan sudoración profusa y jóvenes con presión arterial, sin antecedentes previos”.
Avanzando en el tema, agregó: “También, hay pacientes que no pueden pisar porque le duele la punta del pie, como cuadro de fascitis plantar y hormigueos en el rostro” y resaltó que “en mujeres se está registrando la caída del cabello”.
En referencia a este último síntoma, comentó a esta Agencia que no hay una explicación médica al respecto y que es por ello que la relacionan “con el estrés que genera cursar la enfermedad”.
También, se refirió que la pérdida del gusto y del olfato puede tardar entre tres a seis semanas en ser recuperados.
Estudios
En otro orden, el doctor Llanes enumeró los estudios que se les realizan a los pacientes que concurren a hacerse el chequeo. “Primero les pedimos un laboratorio para ver el funcionamiento del hígado, el riñón y como están los glóbulos blancos y rojos”, apuntó.
“También hay una sustancia que pedimos que se llama ferritina, porque este virus tiene la capacidad de afectar la coagulación. Además, se le hace un electro y una espirometría y a partir de ahí hacemos una evaluación”, informó.
En base a este diagnóstico se considera si el paciente necesita ser derivado al “neurólogo, traumatólogo o cualquier otro especialista”, abundó.
En este contexto, destacó el trabajo que vienen realizando con los psicólogos. Comentó que dichos profesionales elaboraron una hoja con los síntomas que se van presentando dentro de los trastornos neuropsicológicos, describiendo que estos son: “déficit de atención, la pérdida de memoria, la ansiedad, el temor, el pánico y la fobia”, enumeró.
Control
“De acuerdo con la literatura que hemos leído y adoptado a Formosa, es que el programa de control dura seis meses y en este tiempo (el paciente) es atendido por distintos especialistas”, aseveró, aclarando que a los niños los ve un pediatra.
Insistió que dentro del mes de alta, a los tres meses y a los seis meses, el paciente recuperado debe realizarse los controles.
“Lo que más me sorprende es la variedad de síntomas y tenemos que estar atentos”, declaró preocupado.
“A mis pacientes les digo, que si después del COVID tienen una gripe, tos, sudoración, trastornos evacuatorios, caída de cabello, lo primero que deben pensar es en el COVID y después pensemos en otra cosa”, advirtió.
En esa línea, el especialista insistió en que “los pacientes que hayan tenido COVID, por más que no presenten síntomas posteriores, deben realizarse los chequeos correspondientes”.
Ser doctor en pandemia
En tono personal, el doctor Llanes brindó su testimonio a esta Agencia sobre lo que representa para un profesional de la Medicina estar en la primera línea de batalla contra un virus que, cuando irrumpió en el mundo, era desconocido para la ciencia.
“Al principio tenía miedo de atender a pacientes con COVID, después se fue ese temor y empecé a tenerle respeto. Hace un tiempo atrás me sentí agotado”, confesó a AGENFOR.
Expresó que esta situación se dio debido a la cantidad de pacientes diarios y al índice de fallecidos, que lamentablemente se registraron hace un tiempo atrás en la provincia.
“Pero, por otro lado, está el poder ayudar y ahí está nuestra alegría y fuerzas para continuar”, cerró.