La niña ya recibió el alta médica; y los padres agradecieron la atención recibida en el nosocomio.
Sara es una niña que a sus cortos siete meses de vida sufría un soplo cardiaco, cuyo diagnóstico fue dado por el Hospital de la Madre y el Niño; por tal motivo, la derivaron al Hospital de Alta Complejidad (HAC), donde después de evaluar su diagnóstico, fue sometida a una compleja cirugía.
La infancia es una etapa de la vida donde el organismo es especialmente vulnerable, tratar la salud de los niños y en casos tan complejos requiere de mucho compromiso profesional, humano y de un estado presente y dispuesto a brindar lo mejor tanto a sus padres como a cada niño que así lo necesite.
Al respecto, Claudia Mudryk, jefa del servicio de Cardiología Infantil expreso: “Gracias a que contamos en la provincia con todo un equipamiento adecuado para este tipo de intervenciones y actualmente tenemos la cirujana cardiovascular infantil, pudimos hacerla en nuestro hospital y con eso favorecer a la pequeña y su familia que no tuvieron que padecer el traslado y desarraigo que eso significa y en esta época de pandemia también un riesgo”.
“Le realizamos estudios como ser electrocardiograma doppler color y pudimos diagnosticar que teníamos la presencia de un ductus arterioso persistente, una comunicación normal en la vía fetal que se debe cerrar después del nacimiento, si no se cierra produce complicaciones importantes en la vida adulta”.
A su turno, la cirujana cardiovascular pediátrica, Nalá Junko, argumentó: “Fue una cirugía compleja que duró dos horas la misma se realizó con personal del hospital instrumentadoras, anestesistas y técnicos”.
Y agregó: “Todas las cirugías que tengan que ver con el corazón, como en este caso, tienen su riesgo al estar trabajando con un vaso muy delicado y no tuvimos ningún tipo de complicación dentro ni fuera de quirófano. La paciente pasó a sala de recuperación cardiovascular donde los terapistas trabajaron en su recuperación”.
Por su parte, Alejandra Batiusko, medica pediátrica especialista en terapia intensiva infantil del nosocomio, señaló: “Estuvimos a cargo junto al equipo médico de UTI de la recuperación cardiovascular de la niñita Sara, quien evolucionó sin complicaciones”.
Y precisó: “Ella regresa de quirófano luego de una anestesia general con una intubación endotraqueal ventilando espontáneamente. Ingresa a la terapia medianamente compensada con un acceso vascular central para medicación, en caso que lo requiriera porque es una niña con una cirugía muy compleja de muy baja edad, a pesar de eso con una muy buena estructura de peso y talla sin comorbilidades sin infecciones agregadas, es decir, accedió a la cirugía en excelente estado previo”.
En ese sentido, explicó que la cirugía es de altísima complejidad y requirió no sólo la intervención de los médicos terapistas, sino también de un equipo multidisciplinario que incluye enfermeros, especialistas en terapia intensiva y kinesiólogos que monitorean la función respiratoria.
“La paciente tuvo muy buena evolución se despertó sin ninguna secuela neurológica de la anestesia y sin complicaciones; tolero 12 horas hasta el inicio de la alimentación oral, que fue la leche materna y luego continuo con su papilla habitual. Le pasaron la medicación vía oral también con una buena tolerancia y estamos en condiciones de otorgarle el alta hospitalaria con control y seguimiento del Servicio de Cardiología”, sintetizó.
La directora Asociada del Hospital, Paula Ramírez, expresó lo que significa para la institución este tipo de procedimientos: “Estamos muy contentos por esta cirugía cardiovascular infantil que se ha realizado en nuestro hospital, destacando que se ha hecho con equipo totalmente local. Es una cirugía de altísima complejidad y cualquiera niñito o niñita que llegara a necesitarla tiene las puertas abiertas de este nosocomio, tengan o no cobertura social, en este caso la niña tiene IASEP y se le ha brindado absolutamente todo como a cualquier persona”.
Para finalizar los padres de Sara expresaron: “Sentimos una alegría inmensa estamos muy contentos y agradecidos con todo el grupo de doctores y enfermeros que la atendieron, no hay palabras para explicar la felicidad por tener a nuestra hija sana y tan bien”.
Y concluyeron: “Gracias a todos por el trato, atención y todo lo que hicieron por nuestra hija, ella parece que no se operó. Nada más que agradecerles y muchas bendiciones para todos”.
Sara volvió a su hogar a tan solo 48 horas de haber sido operada, invadida en un mundo de amor y de buenas atenciones recibidas por cada uno de los profesionales que la ayudaron.