*Por Juan Ramón Lezcano – Docente
Personas vinculadas a la política como así también de otros sectores sociales, en todo momento trabajan desde los medios masivos de comunicación para instalar la idea de que, a la democracia, hay que atacarla de la forma más traicionera posible; con el fin de debilitarla, degradarla o incluso destruirla.
Un claro ejemplo de estos ataques, en ésta oportunidad es lo viene desarrollando un pequeño sector de prestadores de servicio de salud privado, quienes obedecen de manera ciega y egoísta éste mandato antidemocrático; puesto que la idea de fondo es intentar voltear a un gobierno constitucional ratificado elección tras elección en nuestra provincia. Porque con
Los métodos disponibles en democracia no pueden lograr un triunfo en el plano electoral, es por ello que acuden a acciones antidemocráticas.
Entonces, la pregunta es: ¿De qué lado vamos a estar en ésta nueva contienda que plantea la oposición política local (teniendo como herramienta de confusión a nuestro sistema de salud)? Para mí la respuesta es simple; defendiendo a la obra social que diariamente salva miles vida, porque seguro cada familia tendrá una experiencia positiva que contar al respecto.
Estos sectores antidemocráticos desde sus discursos políticos tratan a Formosa, a sus políticos e instituciones, con los peores conceptos que nos podamos imaginar y ahora, al momento de exigir el pago u honorarios ante los organismos del Estado, plantean que estos valores deben ser equiparables a los que se abonan en los países considerados del primer mundo o desarrollados.
Negociar no es lo mismo que extorsionar. Debemos recordar que, en pleno proceso de pandemia mundial, a la peor obra social del país, según afirmaciones públicas de ellas y ellos, personas vinculadas a estos sistemas de servicios de salud privados, exigían públicamente a través de los medios de comunicación, una actualización del 120 al 125 % de aumento en la prestación de los mismos, caso contrario dejarían de asistir a las y los afiliados del IASEP. Primero afirman que somos los peores en todo lo que uno se pudiera imaginar y luego exigen que abonemos como los países más poderosos en términos económicos, la contradicción es evidente.
En este caso puntual, respecto a la salud pública, sí somos los peores o estamos en las peores condiciones ¿por qué este grupo, no ayuda a mejorar, a llenarlo de calidad, de solidaridad?, etc. No lo hacen porque saben que su afirmación al respecto es falsa, la verdad es que conocen la existencia de fondos que garantizan desde el punto de vista económico nuestra paz social; entonces aprietan, extorsionan políticamente exigiendo porcentajes irracionales, para así acceder a ellos y de esa manera poner en riesgo nuestra economía.
Nuestra obligación cómo ciudadanos y ciudadanas de nuestra Formosa revolucionaria es defender lo nuestro, lo estatal, ante aquel o aquella que se ponga en frente con la idea de frenar nuestro camino al desarrollo. Es por ello, que no está demás poner en evidencia la falta de profesionalismo, humanismo, de ética profesional y de un falso juramento hipocrático que muestran cada una y uno de los profesionales, que son capaces de prestarse a la acción de abandonar a sus pacientes por cuestiones políticas más que económicas.
La salud pública, nuestra poderosa obra social no debe arrodillarse ante ningún apriete cobarde similar a la que estamos viviendo todos y todas de manos de una institución a la que le dimos vida e identidad nosotros las y los formoseños.