Con activos trabajos de las brigadas en todo el territorio y la colaboración fundamental de los vecinos con la prevención desde sus casas
Las altas temperaturas de la época de verano y la humedad conforman las condiciones propicias para la reproducción del mosquito que transmite el dengue: la especie aedes aegypti. Por ello, el Ministerio de Desarrollo Humano continúa con las acciones para combatir esta enfermedad en toda la provincia.
De este modo, los operadores sanitarios trabajan fuertemente tanto en la capital como en el interior, mediante un trabajo articulado con otras instituciones gubernamentales y la permanente colaboración de los vecinos que desde sus casas cumplen las medidas de prevención difundidas para hacer frente a la enfermedad.
Las tareas sanitarias consisten primordialmente en las visitas casa por casa, donde se enseña a las familias cada uno de los cuidados a fin de que sean realmente efectivos para la prevención. Asimismo, concientizan sobre el impacto que tiene el dengue en la salud de las personas y la importancia de prevenirlo mediante las medidas.
En las recorridas, los brigadistas insisten en la detección de los criaderos de mosquitos para evitar que en estos se alojen los mosquitos, pongan sus huevos y se reproduzcan. A su vez, dan las instrucciones para que las personas sepan cómo eliminarlos adecuadamente.
Cumplimos las medidas entre todos
Desde la máxima esfera de salud provincial, instan a los vecinos a “no bajar los brazos para evitar la presencia de mosquitos en el ambiente” y reiteran las recomendaciones principales que deben aplicarse, tanto en los domicilios como en los lugares de trabajo y otros de concurrencia habitual, teniendo en cuenta que el mosquito que transmite el dengue comparte los espacios que frecuentan las personas.
Entre los cuidados, mencionaron que, por ejemplo, el agua de los floreros debe ser reemplazada por arena húmeda. Los bebederos, comederos de mascotas y desagües de acondicionadores de aire, deben ser desagotados, fregados y nuevamente cargados.
Los baldes, palanganas y otros receptáculos que se usan para juntar agua, deben ser desagotados, o colocados boca abajo o bajo techo para evitar que en estos se acumule el agua de lluvia. Los tanques, cisternas, aljibes, cántaros y otros similares deben ser tapados herméticamente para que no ingresen allí los mosquitos.
En los casos que los objetos mencionados anteriormente no puedan eliminarse o taparse, se debe aplicar en el agua que contienen, el líquido larvicida que entregan los brigadistas en las recorridas por las casas.
Dicha solución se presenta en frascos goteros para que su colocación sea adecuada y más cómoda. Sirve para matar las larvas de mosquitos, evitando que lleguen a su etapa adulta –con alas- cuando pican y transmiten la enfermedad.