La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 24 de marzo Día Mundial de la Tuberculosis. En esa fecha, en 1882, Robert Koch anuncia al mundo el descubrimiento de la bacteria responsable de la tuberculosis, la Mycobacterium tuberculosis.
En declaraciones recogidas por AGENFOR, la médica neumonóloga Liliana Valiente explicó: “La tuberculosis es una infección que abarca no solamente la parte respiratoria; puede comprometer otros órganos como el riñón, el cerebro y los huesos, pero se la conoce principalmente por su afectación pulmonar porque es una microbacteria que ingresa por la vía respiratoria”.
“Los síntomas son principalmente pérdida de peso, cansancio, fatiga, debilidad y tos crónica porque por lo general tiene más de tres semanas de evolución, además de catarro, inclusive con sangre, lo cual es muy característico también”, detalló.
En cuanto al diagnóstico, afirmó que “a los pacientes les pedimos una radiografía de tórax para ver el pulmón”, ya que “hay imágenes de lesiones muy típicas que nos hacen pensar en tuberculosis”, agregando que “como la mayoría presenta secreciones (catarro) se pueden mandar a analizar y ahí diagnosticar el bacilo de Koch”.
Se trata de una enfermedad endémica que está en todo el país y en América Latina, consignó. “Como todas las infecciones es contagiosa. No es tan fácil de transmitir como los virus, pero sí se puede contagiar”, describió.
Respecto del tratamiento, dijo que “hay un programa a nivel nacional y en la provincia también lo tenemos, donde una vez que se hace el diagnóstico, ya sea en la parte pública como en la privada, se envía al paciente a un centro, que en nuestro caso es la Gota de Leche, donde se rellena una planilla, se le administra la medicación en forma gratuita y se lo controla porque en general el tratamiento es de seis meses; la infección es crónica y erradicar el bacilo lleva su tiempo”.
El tratamiento “es controlado y supervisado”: se registra dónde y con quiénes vive la persona debido a que los convivientes también pueden estar contagiados. “Es largo y lleva su control, porque muchos pacientes abandonan”, advirtió la profesional.
“La idea es que se termine el tratamiento porque puede haber una reinfección, entonces el período de contagio es mayor”, recalcó.
En ese sentido, apuntó que “una persona que está en tratamiento puede contagiar, lo más probable, entre los primeros 15-20 días. Una vez que ya no produce más catarro, inclusive muchas veces tiene un poquito todavía, pero al mandarlo a analizar nuevamente, si no presenta el bacilo el período de contagio pasa. Generalmente al mes el paciente ya no contagia”.
Alertó, en este punto, que si una persona con dicha enfermedad no se trata puede llegar a fallecer: “Hay pacientes que llegan a la consulta muy adelgazados, traídos por algún familiar, porque es un proceso lento. Pero si no realiza el tratamiento obviamente puede fallecer: la infección se va a diseminar no solamente al pulmón, sino a otros órganos”.
Respecto de los medicamentos para tratar la tuberculosis, la doctora Valiente expuso que “son cuatro drogas y después, en los primeros dos meses de tratamiento, se disminuye. No son drogas inocuas, cuando se las administra hay que controlar laboratorio, función hepática y la renal. Es decir, no solamente lleva su chequeo por la misma infección, sino por los efectos que puede producir la medicación”.
Y reiteró la importancia de que se complete el tratamiento, ya que “muchas veces se pueden hacer resistentes y ahí sí lleva otro tipo de procedimiento que podría llegar a tener otro costo”.
Salvar vidas
A su vez, la médica neumonóloga hizo notar que “este año el lema es invitar a dar fin a esta enfermedad y que salvemos vidas”, porque “no se trata sólo de la persona que está enferma, sino que hay que chequear a los convivientes, ya que éstos también pueden tener la infección”.
Consultada sobre si la sociedad sigue discriminando a las personas que padecen esta enfermedad, afirmó que sí y que esto no debiera ser así, por cuanto “la tuberculosis la podemos tener todos; es endémica, inclusive los profesionales de la salud la podemos padecer”.
Por ello, “se hace mucho hincapié en que si se realiza el tratamiento a las tres semanas la persona enferma no contagia. No tiene que esperar seis meses para volver a trabajar o a la escuela. Y en eso tiene mucho que ver el tratamiento supervisado y controlado: en el país hay lugares donde si el paciente no acude, se le acerca la medicación y se controla que la tome”.
Finalmente, cabe señalar que la doctora Valiente atiende en su consultorio en el Centro de Enfermedades Respiratorias, ubicado en la calle Pringles Nº 130, de la ciudad capital.