Estrategia fundamental para garantizar a las bebas y bebés que la necesitan, reciban alimentación a base de leche humana.
La iniciativa se encuentra a cargo del Centro de Lactancia Materna, dependiente del servicio de nutrición del hospital de la Madre y el Niño, un espacio que se brinda a las mamás que tienen a sus hijas e hijos, internados en el área de neonatología o de pediatría.
“Somos el único centro de lactancia materna que funciona en la provincia. Está disponible todos los días, de lunes a lunes, de 8 a 19.30 horas, siempre bajo la supervisión y acompañamiento de un nutricionista”. Además de ser un lugar de recolección de leche para los niños internados, también está destinado al uso de las mujeres que trabajan en el hospital y están en periodo de lactancia”, comentó la responsable del Centro, licenciada en nutrición, Liliana Olguín.
En cuanto a las donaciones, dio a conocer que hay donantes internas, es decir las mamás de bebés internados “que a partir de que guardan 10 mamaderas congeladas, le pedimos que donen leche excedente”. Y las donantes externas domiciliarias, que se contactan porque tienen leche excedente y desean donar. “Actualmente, tenemos un promedio de entre 4 y 6 donantes externas por semana”.
Precisó que puede ser donante de leche “toda mamá que tenga un excedente de leche, siempre y cuando, primero se asegure la alimentación de su propio hijo” y recalcó que esta acción no perjudica ni a la mamá ni al bebé “porque solo se dona la leche que sobra, algo que puede corroborarse mediante un evaluación nutricional que se hace al niño” e informó que quienes deseen donar pueden contactarse con el servicio, acercándose al hospital de La Madre y El Niño, comunicándose a los números: 3704068977 / 3704349204 o bien escribiendo al Facebook e Instagram: Lactancia Materna Formosa.
Con anterioridad a la donación, las madres deben realizarse un análisis de sangre para constatar que son aptas para donar, es decir, que no tienen enfermedades infectocontagiosas, como por ejemplo, hepatitis b, toxoplasmosis y otras. “Con una sola muestra de sangre obtenemos el resultado rápidamente y esto se completa con un consentimiento informado firmado por ella”, dijo.
Indicó que, en el momento que se firma el consentimiento, se le explica a cada mamá las pautas de higiene, manipulación y conservación de la leche, porque otro de los requisitos es que tenga dónde congelarla “y coordinamos para pasar a retirarla los días martes de cada semana, para traerla a nuestro banco de leche”.
Puso de relieve que la donación de leche materna, asegura a la donante, por ejemplo, poder sacarse todo el excedente y así “continuar con una adecuada producción de leche para su bebé. Además, la lactancia materna en sí, previene en la mujer enfermedades como la anemia, el cáncer de mamá y de útero, entre otros beneficios para su salud”.
Al mismo tiempo, el bebé que recibe la leche donada, tiene un sin fin de ventajas “porque la leche humana es un tejido vivo que le provee principalmente de inmunidad y de todos los nutrientes que el niño necesita para un crecimiento y desarrollo sanos”, remarcó.
La mejor e irremplazable alimentación
Respecto a eso, reiteró que la mejor alimentación para un niño o niña, sobre todo en los primeros 6 meses de vida “es en primera instancia, la leche fresca de su mamá”. Como segunda opción “la leche congelada de su propia madre” y como tercera opción “la leche humana pasteurizada, que es la leche donada”.
Acerca de la última, mencionó que “en nuestro caso” es enviada cada 15 días al hospital Perrando, en Resistencia, donde es sometida al proceso de pasteurización. Luego, es nuevamente regresada al banco de leche del hospital de la Madre y el Niño.
Una vez guardada, es utilizada, principalmente para alimentar a los bebés internados en neonatología porque las madres, por alguna razón, no producen una cantidad de leche suficiente “entonces, se complementa con la leche conservada y la reciben prioritariamente los que tienen un peso inferior a los 1800 gramos, siempre bajo la indicación de un médico pediatra de ese servicio”.
En la escala de opciones de alimentación, recalcó que “como cuarta y última” se ubica la leche llamada de fórmula infantil, teniendo en cuenta que la leche materna es considerada “oro líquido” porque su ingesta le asegura al niño recibir ese tejido vivo “que sin duda lo ayuda a su recuperarse de la mejor manera posible, por lo tanto, es irremplazable por cualquier otra forma de alimentación”, apreció.