Con esto, se busca canalizar las aguas, pero también alimentar el sistema del Bañado La Estrella para poder disponer de agua dulce en gran parte de la provincia.
El Gobierno de la provincia, como todos los años, a través de la Dirección Provincial de Vialidad y la Unidad Provincial Coordinadora del Agua (UPCA), luego de cada crecida del río Pilcomayo, realiza un relevamiento de toda la situación del sistema de defensa. Sobre todo, “desde el punto de vista de una evaluación en vista de la sedimentación que se produce”.
Así lo señaló el administrador general de la Dirección Provincial de Vialidad, el ingeniero Javier Caffa, al referirse a este tema en una entrevista con AGENFOR.
Explicó en ese marco que, “cuando terminan las riadas, se hace un análisis topográfico completo, en especial en las zonas donde hubo mayor incidencia del derrame de este caudaloso río que aparte trae toneladas de sedimento”.
Después de esto, recién “se elaboran los proyectos en intervención tanto en correderas fluviales como en terraplenes de mitigación de protección contra los desbordes del río”, señaló.
E indicó, en tal sentido, que estos proyectos “fueron siete, los que luego son elevados a la Secretaría de Infraestructura y Política Hídrica de la Nación para la gestión de financiamiento de estas obras”.
Gracias a que también “el gobernador Gildo Insfrán permanentemente está trabajando en tal sentido”, subrayó.
Correderas fluviales
Así es como estas obras se fueron evaluando técnicamente por dicha Secretaría, hasta finalmente ser aprobadas las licitaciones.
Justamente, hace poco tiempo se licitaron las obras de correderas fluviales las cuales “ya están en ejecución”, confirmó el titular de la DPV.
Esto, según detalló, comprende la extensión total del sistema, desde la zona de Selva María hasta Pescado Negro, “en el caso de las defensas”; mientras que, en correderas, “ya están trabajando hasta la altura de Río Muerto, La Esperanza y Guadalcázar”.
Por lo tanto, puntualizó: “Son dos frentes de obras que se realizan en simultáneo”, en la que especificó “primero está la de correderas, porque es de prioridad”, contemplándose en ella “la canalización, limpieza y construcción de nuevas correderas fluviales que son los cinco tramos que se encuentran en plena ejecución”.
Con ella, continuó diciendo, “se busca canalizar las aguas del Pilcomayo, pero también alimentar el sistema del Bañado La Estrella para poder también disponer de agua dulce a gran parte de la provincia”.
Terraplenes
Por otro lado, el funcionario se refirió a las obras que recientemente fueron autorizadas a licitarse, que son de terraplenes de mitigación contra los desbordes en un tramo de casi 80 kilómetros, que va desde la zona de Selva María, donde están los pozos petroleros, pasando por El Potrillo y El Quebracho de los Departamentos Ramón Lista y Bermejo.
Señaló que, esa extensión que se va a intervenir, permitirá “reacondicionar todo el sistema de defensa o mitigación de la crecida”.
“Después se sumarán los trabajos de casi 30 kilómetros de camino de conexión de estas defensas con las correderas propiamente dichas de manera tal de poder hacer un monitoreo del río cuando está en crecida”, amplió.
Para cerrar, Caffa agregó en ese punto que, en particular, en la zona de Quebracho Negro, “esta obra incluye un tramo de terraplén tipo deflector, para evitar la incidencia de la crecida del río Pilcomayo sobre la defensa en este sector” en esa localidad del oeste provincial.