Sobre todo, insisten en proteger las zonas del cuerpo más expuestas al sol
Desde el Ministerio de Desarrollo Humano dieron una serie de consejos para disfrutar del verano, el aire libre y el sol, sin perder de vista la importancia de cuidar la piel, que, si bien debe hacerse todos los días del año, en el periodo estival requiere una mayor atención, ya que en nuestra zona aumenta mucho más la incidencia del sol.
Una de las referentes del servicio de dermatología del hospital Central, la médica dermatóloga Mariana Barbetti, explicó que el sol “es el principal factor que puede dañar la piel durante el verano” pero también hay otros, como “la alimentación inadecuada, la hidratación insuficiente, la falta de descanso y el consumo de tabaco”, entre otros.
Entre las consecuencias más perjudiciales, que puede causar el sol, sobre todo en las horas de mayor incidencia y cuando no se cuida la piel de una forma adecuada, mencionó el “fotoenvejecimiento prematuro, manchas y cáncer de piel”.
Eso se debe a la exposición a la radiación ultravioleta, es decir, a los rayos UV, que en nuestra zona y en nuestro verano, son más intensos entre las 9 y las 17 horas. Debe tenerse en cuenta que dichos rayos se reflejan (rebotan) en la arena, el agua, la nieve y el hielo, e inclusive, atraviesan el parabrisas de los vehículos y los vidrios de las ventanas.
Recalcó, al respecto, que “los días nublados son traicioneros, ya que, las radiaciones tipo UVA atraviesan las nubes y también los cristales. Y pueden producir manchas y cáncer de piel al igual que en un día soleado. Por eso, es que el uso de protectores solares debe hacerse los 365 días del año”.
Insistió, en que las personas de cualquier edad y de distintos tonos de piel, limiten la cantidad de tiempo que pasan al sol. Porque, por ejemplo, aunque el cáncer de piel es más frecuente en quienes tienen la piel más clara, puede desarrollarse en personas con cualquier tono de piel, incluso en los de piel más oscura.
Para prevenir los daños, la especialista recomendó, como primera medida “usar protector solar de forma habitual”, como mínimo, con un factor de protección 30 y que debe ser aplicado al menos 30 minutos antes de salir al sol.
Además, “evitar exponerse al sol en horarios pico, entre las 9 y las 17 horas y utilizar ropas que pueda cubrir la mayor parte del cuerpo, sobre todo las que más se exponen al sol”.
Sobre lo anterior dio como ejemplos, el uso de sombreros de ala ancha, que den sombra la cara, cuello y orejas. Ropas de mangas y botamangas largas, de telas livianas y colores claros, que puedan cubrir los brazos y piernas. También un calzado acorde. Y destacó la necesidad de cuidar los ojos, mediante el uso de anteojos de sol que tengan filtros para rayos UV.
Rotundamente, indicó que “los bebés menores de 6 meses no deben, bajo ningún punto de vista, exponerse al sol y tampoco los adultos mayores”. En ese sentido, puso de relieve que los adultos “son responsables de la salud de la piel de los niños” y puso de resalto que “desde el nacimiento hasta los 18 años el ser humano ya absorbió el 80% de las radiaciones de toda la vida”.
Por lo tanto, “es fundamental enseñar e inculcar los cuidados a los niños y adolescentes, para que cuando sean adultos tengan una piel saludable. La piel tiene memoria”, definió.
Signos de alerta
Sobre los síntomas que pueden indicar daños en la piel, Barbetti apuntó: un lunar o mancha, nuevos o preexistente que empiece a crecer, que sea asimétrico, con bordes irregulares, de color no uniforme y/o de diámetro mayor a 6 mm, entre otros.
Dijo que cualquiera de esos signos “deben despertar sospecha”. Ante lo cual, se debe hacer la consulta inmediata con el dermatólogo, que es el médico especialista de piel, capacitado para determinar qué hacer “si se biopsia, si se deriva, si se opera”.
Puntualizó que cualquier persona que presente esos síntomas o tengas dudas, puede hacer la consulta en el centro de salud de su barrio “donde le indicarán como seguir o se le gestionará el turno correspondiente”.