En diálogo con AGENFOR, el director de Recursos Naturales del Ministerio de Producción y Ambiente (MPyA) de la provincia, Franco Del Rosso, se refirió al fenómeno de los “peces muertos” por la creciente de los ríos Paraguay, Bermejo y Pilcomayo.
En principio, aclaró que este aumento de los cursos del agua en la provincia, que tiene como consecuencia que ingrese agua al Bañado La Estrella y que los riachos eleven su nivel, “es una situación muy positiva a nivel ambiental”.
“Esta creciente favorece mucho todo lo que tiene que ver con la ecología y biología de los peces, sobre todo con la reproducción de las poblaciones de peces que tenemos; así que estamos muy contentos de que el ambiente se esté recuperando a la velocidad que se está dando la crecida de los cursos de agua de la provincia”, indicó.
En ese marco, el funcionario explicó que, cuando aumenta el nivel hídrico de los ríos, “muchas veces genera pequeños eventos de mortandades de peces” ya que por mucho tiempo los ríos, lagunas y bañados estuvieron “descargados y secos”.
“Ahí normalmente hay mucha materia orgánica que se está descomponiendo, mucho tiempo estancado; y con el agua que va llegando se remueve toda esa materia orgánica y hay una cuestión de microbiología que se modifica y, a veces, se da que afecta a algunos ejemplares de la fauna íctica y esos son los animales que uno ve muertos cuando se inician estos procesos de crecida grande”, desarrolló.
Y, destacó, que también se evidencian estos fenómenos cuando se dan bajantes pronunciadas, ya que del mismo modo, el río reacciona de “una forma especial” con respecto a las poblaciones de peces.
“Esto es cuando el río comienza a llegar a un nivel que hace mucho tiempo no estaba, nosotros hace mucho que no veíamos al río llegar a este nivel hidrométrico, desde enero a esta parte el río aumentó más de cinco metros y hacía varios años que no lo teníamos en este nivel”, argumentó.
Y añadió: “Esa situación puntual se da en este momento, después se normaliza y no reviste una importancia significativa”.
De igual forma, Del Rosso aseguró que cuando se producen eventos de mortandad de este tipo, desde la cartera productiva y la dirección que él conduce, se hace un seguimiento de la situación porque “existen posibilidades de que haya otras variables involucradas y siempre hay que tener control en esas situaciones”.
Por último, el director advirtió sobre el consumo humano de estos peces ya que entran en un “proceso de descomposición a partir de que murió y si no tiene una refrigeración como corresponde obviamente no son aptos” para comer.
“Si el pez está moribundo y si ve que tiene una conducta extraña que no responde al comportamiento normal, tampoco es recomendable que se consuma por más que no esté todavía muerto”, finalizó.