“Me salvaron la vida, soy una sobreviviente”, expresó, agradeciendo “todo lo que el equipo de salud hizo por mí, hoy estoy de nuevo con mi familia, después de 16 largos días”, puso de resalto, con lágrimas de gratitud.
Liliana Patricia Degregorio, una vecina de 46 años que vive en el barrio 2 de Abril pidió hacer público su agradecimiento por las atenciones que le dieron en el Hospital Central, durante 16 días de internación,desde que ingresó, el pasado 21 de julio, hasta el día que obtuvo su alta, el 5 de agosto.
“Estoy orgullosa de nuestro Hospital Central”, remarcó, agregando que “yo era una de esas personas que juzgaba sin saber cómo era la atención ahí pero hoy, me saco el sombrero. Solo tengo palabras de agradecimiento porque después muchos días, hoy estoy de nuevo con mi familia gracias a que ahí, me salvaron la vida”.
Continuó: “Soy una bendecida de haber sido atendida ahí”, recalcó la mujer con énfasis una y otra vez.
Liliana, llegó al hospital derivada desde un centro médico, a raíz de la detección de un cuadro infeccioso que le provocaba fiebre muy alta, de más de 40º y mucho dolor en la zona abdominal, al punto de inmovilizar una de sus piernas.
Ingresó por la guardia de emergencias y posteriormente fue evaluada por un equipo médico,de clínicos, especialistas y residentes que, en conjunto, hicieron la evaluación y solicitaron una serie de estudios. “Me hicieron tomografía, electrocardiograma, radiografía, ecografía, laboratorios de distintos tipos, hisopado y otros tantos estudios”, mencionó.
“Antes de llegar ahí me sentía muy mal, estaba cansada de recorrer clínicas, sanatorios y otros hospitales sin tener una respuesta, me sentía colapsada. Y después de tanto andar, en el Hospital Central sentí que ese grupo de profesionales me escuchaba y me prestaba atención”, dijo.
Comentó que, los resultados de los estudios indicaban “que tenía mi uréter perforado y eso me había provocado un absceso con pus. Me explicaron que mi cuadro era muy complicado, que era un caso raro y que debía someterme a una intervención quirúrgica”.
Procedimiento exitoso
La cirugía fue realizada el 28 de julio con excelentes resultados, gracias a eso “Hoy me siento muy bien, ya me sacaron el drenaje el miércoles 9 y debo continuar con los controles periódicos hasta que mi uréter esté bien curado”, señaló Liliana.
Además, indicó que el día previo a la intervención “veía que todo el equipo se preparaba y me prepararon a mí también y cada uno de los profesionales se acercó para explicarme cuál era su función y que iba a hacer en la operación y eso me transmitía seguridad y tranquilidad”.
Y agregó que “cuando se me fue pasando la anestesia ya me sentía diferente, comencé a sentir un alivio inmediato porque antes estuve con un dolor intenso, con el paso de las horas, ya no sentía eso y estaba relajada y tranquila”.
Reconocimiento
La recuperada paciente agradeció especialmente al Gobierno de Formosa “por tener un hospital como el Central, al servicio de la comunidad”. Asimismo, hizo llegar su gratitud al Ministerio de Desarrollo Humano, directivos y a todo el personal que forma parte “de la gran familia que es el Hospital Central”.
En esa línea, prosiguió afirmando que “entrar al nosocomio fue para mí como estar en otra dimensión, entrar a otro mundo. Me sentí escuchada, atendida, mimada, cuidada por todos, desde el primero hasta el último y eso me reconfortó.
Asegurando que “los médicos, enfermeros, técnicos, camilleros, que están en las ambulancias y todos los que tuve la oportunidad de conocer ahí, me atendieron de maravillas”, prosiguió.
Más adelante, Liliana puso de relieve que, durante su internación, hablaba con otros pacientes y sus familiares “y todos me decían lo mismo, solo tenían palabras de agradecimiento para todo el personal del hospital. Porque ahí, no solo la atención es buena, también hay que destacar la buena comida, la higiene a los pacientes y la limpieza, entre tantas otras cosas”.
Recordó que, si bien “la mayoría de los días estuve sola, porque en mi familia somos pocos, la verdad, nunca me sentí sola, porque estuve tan contenida por todos los que trabajan ahí, que son un amor de profesionales y un amor de personas que me hicieron sentir como si fuera que estaba en mi casa”.
En esa línea, agregó que también tuvo diariamente acompañamiento psicológico.
Hizo notar que durante su internación vio a muchos abuelos “adultos mayores que estaban solos, sin familiares y vi como los cuidaban, los bañaban, les hacían las curaciones, los afeitaban, les daban de comer y mucho más”.
Avanzó expresando con sentida emoción que el Hospital Central “tiene un equipo que atiende de manera extraordinaria, que a la vez sostiene, acompaña y apoya a sus pacientes”.
Y remarcó: “Están ahí en cada momento necesario, son muy amables y tratan a sus pacientes con un amor incondicional que no solo es capaz de curar, sino que también, es capaz de dar un abrazo cuando la persona que está mal lo necesita”.
Al finalizar, insistió que “siento que debo agradecer públicamente las atenciones extraordinarias que tuvieron para conmigo y realmente, las palabras no alcanzan, me quedan cortas para todos aquellos que formaron parte de salvarme la vida con tanto profesionalismo pero a la vez, con tanto amor”.