La obesidad es una enfermedad compleja que consiste en tener una cantidad excesiva de grasa corporal, la cual no es solo un problema estético, sino médico que aumenta el riesgo de enfermedades.
Al respecto, la doctora Nélida Beatriz Villalba, médica clínica y jefa del Programa Provincial de Obesidad del Hospital de Alta Complejidad “Pdte. Juan Domingo Perón” (HAC), se refirió al tema y dio a conocer informaciones relevantes de la enfermedad en sí.
La Agencia de Noticias Formosa (AGENFOR) recabó declaraciones brindadas por la profesional, quien en primera instancia indicó que “cuando nos referimos a obesidad estamos hablando de una enfermedad crónica que está en ascenso en el mundo y que aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas, diabetes, presión arterial alta y determinados tipos de cáncer”.
Es por ello que observó que cuando hablamos de causal “no se puede hablar de una sola, sino que realmente son muchos los factores que la confluyen”.
“Muchas veces los médicos les recomendamos a las personas que bajen de peso y no llegan al ideal o recomendado por falta de voluntad”, comentó como experiencia y ante esto, advirtió: “Es una enfermedad que si no es tratada en su momento, resulta progresiva”.
Factores
Respecto de los factores, indicó que “dentro de las causales pueden estar la genética, que es no modificable”, profundizando que “cuando tenemos papá y mamá obesos hay un 80% de probabilidad a serlo. Sin embargo, cuando sólo uno de ellos lo es, ésta se reduce al 40% y si ninguno cuenta la enfermedad hay entre un 7 y 14 % de probabilidad”.
Informó que la medida que se puede tomar es “modificar el ambiente en donde se desarrolla esa persona”, lo que significa que “puede ser prevenido por ejemplo, desde el embarazo”.
“Cuando una mujer desea tener un hijo debe estar con un peso lo más saludable posible, porque o sino predispone tener durante la gestación hipertensión, diabetes y un hijo por encima de cuatro kilos, lo que significa que es un paciente al cual hay que darle un ambiente adecuado para que no desarrolle la obesidad”, es decir, “a ese bebé hay que darle el alimento justo para revenir la aparición de la enfermedad”.
También, señaló que “siempre hay una situación gatilladora, algún evento que lleva a las personas a que aumenten de peso”, ejemplificando que “en la pandemia algunos han ganado entre 15 y 20 kilos”.
“También pueden ser hormonales, es decir, la predisposición genética otras veces el estrés o la falta de sueño porque el paciente no descansa”, añadió.
A esta información agregó que el uso de celular a la noche también es malo, debido a que “en un horario el cuerpo se prepara para dormir, empieza a producir una hormona que se llama melatonina y, si usamos la pantalla del celular durante la noche el ojo percibe una luz, entonces se corta la producción de la melatonina que es reparada por el cuerpo durante la noche, durante el sueño, y al cortarla no permite esta reparación interna”.
De modo que “cuando el paciente a la mañana se levanta tiene mucho estrés y esto tiende a que aumente el cortisol, que es fisiológico, pero a la tardecica va decayendo, declinando esa función ante tanto estrés constante lo que hace que se liberen otras hormonas como la insulina y de esta manera la grasa se localiza más a nivel abdominal”.
Por eso, “cuando hablamos de las causantes de la obesidad tenemos que ver qué factores están influyendo para que una persona esté ganando peso”, agregó.
Otro dato relevante que proporcionó es que “puede aparecer a cualquier edad” e insistió en que “se hace progresiva”.
Explicó además que “a partir de los 25 años empezamos a envejecer y el metabolismo se pone más lento y si a eso lo acompañamos con un mal estilo de vida, es decir no aprendimos a comer o a hacer deporte, cada año van a ir ganando peso”.
Programa
A su vez, la doctora Villalba recordó que en el HAC existe un Programa Provincial de Obesidad, el cual hace aproximadamente nueve meses que se encuentra en funcionamiento, donde ya cuentan con aproximadamente 80 pacientes, muchos de ellos del interior provincial.
“Los dividimos en dos grupos, con un corte de seis meses”, informó y se explayó: “En el primer semestre se busca el autoconocimiento del paciente, es decir aprender cómo es su estilo de comida, qué actividad física realiza y también la situación emocional que es muy importante”.
“Damos clases dos veces al mes y enseñamos lo que es la publicidad engañosa y la influencia que tiene para consumir, por ejemplo gaseosas”, subrayó.
Además, comentó a esta Agencia que el equipo de trabajo es multidisciplinario con psicólogos, nutricionistas y kinesiólogos que trabajan con profesores de educación física para evaluar la movilidad del paciente.
“Si un paciente está muy limitado en hacer actividad física, lo hacemos caminar, le medimos la saturación, le tomamos la presión, y dividimos la actividad física”, puntualizó, ampliando que “dividimos la semana en dos veces para los que tienen mayor movilidad y otras dos veces para que aquellos que necesitan ejercicios adaptados, que por lo general lo hacen sentados o con pelotas”.
“Aprendemos a respirar, a calmarnos, tratamos de que el paciente se comunique con el mismo, que trabaje en sus metas, porque vienen con mucha ansiedad de querer bajar rápido y en esta patología no hay nada rápido”, aseguró.
Sobre el plan alimentario, consignó que “no somos restrictivos, sino que tratamos de conocer el gusto del paciente y las posibilidades económicas con la que cuenta”.
Por último, informó que para formar parte del programa deben “acercarse al mesa de entrada del Hospital, en donde le darán una historia clínica para ser completada y un turno” y cerró: “Está a disposición de las personas que cuenten o no con obra social”.