La vicepresidenta de la Sociedad de Pediatría y jefa del Programa de Seguimiento del Recién Nacido Prematuro, la médica Marilú Benítez, habló sobre la importancia del control adecuado del embarazo como forma de alcanzar los nueve meses de gestación y de esa manera no llegar a situaciones de nacimientos prematuros.
Inició explicando en declaraciones a AGENFOR que “lo ideal es una gestación de 37 a 42 semanas, que es lo que se considera a término”, y comentó que “tengo pacientes de 25 semanas (seis meses), que quedan internados en Neonatología, pero salen adelante”.
Aquí, destacó el equipamiento completo con el que cuenta el Hospital de la Madre y el Niño, que forma parte del sistema de salud público provincial, al igual que los profesionales para el cuidado del recién nacido neonatal y el seguimiento de los prematuros.
“Se les explica a los padres todo lo que tienen que hacer y en especial que deben empezar con estimulación temprana”, indicó.
Asimismo, sostuvo que trabajan de manera articulada con el Ministerio de Cultura y Educación para que “desde chiquitos empiecen a tener los estímulos correspondientes para que ese arbolito, que es el sistema nervioso, siga creciendo, se vaya desarrollando y el niño mejore”.
“La mayoría de los prematuros tienen problemas respiratorios, porque cuando nacen antes de tiempo no poseen una sustancia llamada surfactante, que es la que permite que haya un desarrollo a nivel pulmonar”, explicó.
También, comentó que “algunos necesitan mucho tiempo de respirador y eso trae un problema respiratorio que se denomina displasia broncopulmonar” y aclaró que se da “en los pacientes que tienen más de 28 días de oxígeno”.
“Algunos pacientitos pueden ir a sus casas, pero con oxígeno, el cual es provisto por el Ministerio de Desarrollo Humano, que además brinda todos los insumos necesarios”, afirmó e informó que el centro de salud más cercano al domicilio del niño es el encargado de realizar el control necesario.
Por último, advirtió que los bebés prematuros suelen hacer “crisis de broncoespasmos” y en referencia subrayó que ello puede ser controlado “con un buen tratamiento y un buen ambiente de vida”.
A esto sumó la importancia de la lactancia materna, explicando que “ayuda mucho al crecimiento general del niño”.
Es decir, “el bebé que toma la leche de la mamá tiene un puntito más en la parte de su desarrollo neurológico”, cerró.