Con esta actividad, se suman a los demás efectores sanitarios que ya vienen trabajando y mostrando una serie de avances sobre ese tema.
En el Hospital de Día “Adolfo Lippmann” del barrio 2 de Abril tuvo lugar una capacitación sobre calidad y seguridad de la atención del paciente, con el objetivo de que los equipos de salud incorporen nuevos conocimientos sobre los distintos puntos que abarca la optimización en cuanto a la atención del paciente.
Las exposiciones estuvieron a cargo del equipo de la Red Federal de Calidad en Formosa, encabezado por el doctor Mario Romero Bruno, quien estuvo a cargo de la presentación del Plan Provincial de Calidad y Seguridad de la Atención del Paciente, dependiente del Ministerio de Desarrollo Humano.
Participaron del encuentro los directores y el personal de los centros de salud de los barrios: Guadalupe, Independencia, Itatí, San Francisco, San Antonio, Lote 110, Lote 111, La Nueva Formosa y el centro de salud “Luis María Codda” del barrio Liborsi. También del Hospital de Día “Adolfo Lippmann” del barrio 2 de Abril.
Durante el desarrollo, el equipo expositor dio a conocer la llamada “herramienta de autoevaluación”, requisito que debe ser cumplido por los efectores sanitarios, no solo de la provincia de Formosa, sino de toda la Argentina, para ser calificados como nosocomios comprometidos con la calidad y seguridad de la atención del paciente.
Respecto a eso, en el marco de la charla “fueron completadas las grillas de autoevaluación para los centros de salud”, indicó el doctor Romero Bruno y agregó que “el instrumento de autoevaluación pretende acompañar a los efectores de salud en el camino hacia la calidad”.
En tanto, explicó que “esa herramienta, propone pensar cuáles son las necesidades y pone en agenda, cuáles son las condiciones que deben seguirse para iniciar el proceso de acreditación, para ser calificado como nosocomio comprometido con la calidad y seguridad de la atención del paciente”.
Más adelante, sostuvo que la calidad y seguridad en la asistencia sanitaria, apunta a asegurar “que cada paciente reciba el conjunto de servicios diagnósticos y terapéuticos más adecuados para conseguir una atención sanitaria óptima”.
Para eso “deben tenerse en cuenta todos los factores y los conocimientos del paciente y del servicio médico, a fin de lograr el mayor resultado con el mínimo riesgo de efectos iatrogénicos y la máxima satisfacción del paciente durante el proceso de atención”, describió al concluir.