“Los casos de dengue y COVID-19 siguen en disminución en toda la provincia”, subrayó la doctora Claudia Rodríguez, directora de Epidemiología del Ministerio de Desarrollo Humano (MDH).
No obstante, instó a “no bajar los brazos” en la lucha contra ambas enfermedades, en testimonios recabados por AGENFOR.
En cuanto al dengue, remarcó que “debemos seguir manteniendo nuestro patio limpio, eliminando todos aquellos recipientes que puedan juntar agua, ya sea de lluvia o de red, porque van a servir como criaderos de mosquitos”.
Del mismo modo, “hay que continuar usando el repelente, tanto la persona sana como la enferma” y “no automedicarse, concurriendo al médico ante los primeros síntomas”.
Respecto del coronavirus, recordó que “la medida preventiva eficaz es la dosis de vacuna que se debe tener si pasaron más de seis meses desde la última aplicación”.
“Si bien los casos están en disminución y nos encontramos con una buena situación epidemiológica de ambas enfermedades virales, no tenemos que relajarnos en las medidas preventivas”, insistió.
Ello en vista de que “a fines de abril y principios de mayo es la época pico donde se observa la mayor cantidad de casos positivos” de dengue, debido a “las intensas lluvias, las altas temperaturas y la humedad”, lo que hace que “sean las condiciones propicias para que el mosquito aedes aegypti se replique”.
“También estamos entrando al otoño-invierno, donde si bien Formosa no tiene un invierno muy crudo, por un lado va a favorecer a que disminuyan la actividad y la población de los mosquitos, pero por otra parte van a empezar a aparecer las enfermedades respiratorias típicas de esta época. Y una es el COVID”, hizo notar.
De manera que “debemos estar preparados y no relajarnos con las medidas preventivas, porque en cuanto al coronavirus, lo fundamental para que el cuadro no se complique y termine en la muerte de la persona, es importante tener el esquema completo de vacunación”.
En ese sentido, señaló que “lo que recomienda hoy la Organización Panamericana de la Salud (OPS) es una dosis de refuerzo cada seis meses, en esas personas que pertenecen un grupo de riesgo, ya sea porque tienen una enfermedad de base como diabetes, hipertensión u obesidad, o bien se trata de personal de salud, estratégico o una mujer embarazada”.