Por Williams Dardo Caraballo
En ese espectro de nuevos libertarios aparecen dirigentes y militantes mutantes que alguna vez (o casi siempre) entonaron con mucho énfasis la inmortal “Marcha Peronista”.
Las negociaciones y roscas de horas de asados y embutidos hasta ahora dan un único ganador: el carnicero del barrio. No se pretende descalificar a nadie y por eso no se personalizan dichas acciones.
Ahora, si la política es ideología, doctrina, filosofía y gestión ¿de qué hablan en dichas tertulias? ¿Qué los une sino es el amor ni el espanto?
Simple, todo está supeditado a una decisión del Poder del Estado que en la República está concebido como reaseguro de los postulados constitucionales.
¿Existen promesas de obras y de cargos? Imposible saber ya que el presidente Milei es un “topo” que vino a destruir el Estado y a inmolarse por el déficit cero.
Eso significa no gastar un solo peso y dejar pudrir alimentos a pesar de los dolorosos índices de pobreza e indigencia. Menos pagar los juicios al Banco Nación y los honorarios profesionales.
Así como hablan con un perro muerto también pueden decir que hablan con 7 o 77 intendentes, total es poco probable y mucho de delación.
El Peronismo además de su historia y de ser una ideología superadora con su Tercera Posición es un sentimiento. Entonces, ¿quién es capaz de traicionar sus propios sentimientos? Simple, el que no siente o no los tiene.
Todo es una gran viralización en un mundo virtual, de redes y troles. Viven en un mundo paralelo esperando que la IA les proporcione una alianza mezclando el agua y el aceite.
Nace el Partido de la Alquimia que es una ofensa hasta para la Unión Democrática. De cualquier manera, no hay que mirar al costado para ver lo que hace el “compañero”, sino mirar al frente, para ver lo que hace el enemigo.