Los adultos mayores pidieron ayuda a la línea 911, porque la madre salió y llevaba horas sin volver.
En una vivienda del barrio Juan Domingo Perón de la ciudad capital, una bebé no dejaba de llorar y sus bisabuelos llamaron desesperados a la línea de emergencias gratuita 911. Una policía de la Comisaría Séptima se convirtió en heroína al amamantarla hasta que la pequeña se quedó dormida.
Lo que en principio fue una situación complicada, se convirtió en una historia de amor y bondad que protagonizaron Marisol de un mes y la cabo Erika Luquez.
Dos adultos mayores explicaron que la mamá de la beba, de 32 años, salió este miércoles último a comprar mercadería a las 18 horas y, cuando los efectivos de la Comisaría Séptima llegaron a la casa de la familia, alrededor de las 22.15 horas, aún no regresaba.
Los bisabuelos de Marisol comentaron a los policías que estaban desesperados porque no sabían qué hacer para calmarla, en medio de un llanto que llevaba un tiempo prolongado que no pudieron precisar.
Entre los efectivos que acudieron al requerimiento a la línea de emergencias gratuitas estaba la cabo de Policía de la provincia de Formosa, Luquez, que integra el equipo de trabajo de la mencionada dependencia.
Al conocer la situación y ante la autorización de los bisabuelos, la cabo no dudó y amamantó a Marisol, que no sólo interrumpió su llanto sino que se dejó ganar por el cansancio y terminó dormida.
Se solicitó personal de la Línea 102 de la Dirección de Niñez y Adolescencia del Ministerio de la Comunidad de la Provincia y luego de una entrevista con los dueños de la casa, se dispuso el traslado del bebé al forense policial para examen y quedó alojada en el Hogar “Mi Casita”.
La acción de la mujer policía es un ejemplo de amor y la prueba palpable de que el compromiso y la bondad pueden marcar la diferencia en la vida de los demás.
Su gesto de generosidad y cuidado hacia la pequeña hacen notar la importancia de la empatía y la solidaridad en la comunidad formoseña.