Con un tempranero gol de Ivo Di Buo, Olimpo venció a San Martín 1 a 0. Ahora necesita un empate en Formosa para avanzar a cuartos de final de la Reválida.
Olimpo cumplió con el primer objetivo. Venció por la mínima diferencia a San Martín de Formosa y ahora tendrá dos resultados a favor para avanzar a los cuartos de final de la Reválida.
El elenco aurinegro sacó rápida ventaja, porque a los 6 minutos ya rompió el cero.
Rodrigo Acosta se vistió de enganche y le puso un pelotón entre líneas a Di Buo, quien se filtró a espaldas de los centrales y definió entre las piernas del arquero Humeler.
El gol le dio tranquilidad al dueño de casa para seguir manejando la pelota y el territorio.
El franjeado, por su parte, trató de tener las líneas juntas, pero nunca pudo rodear a Siergiejuk, que perdió cada duelo con Osinaga.
Claro que el cotejo entró en la monotonía hasta casi media hora, cuando el local reaccionó con más ímpetu que juego.
Pero el último cuarto de hora fue interesante del aurinegro.
Espejo –en dos ocasiones– y Rodrigo Acosta (de cabeza a boca de jarro) dejaron pasar sus chances.
También un zapatazo del intermitente Coacci se fue apenas ancho.
Ya en el segundo segmento, Olimpo tomó la posta para sacar más ventaja ante un adversario que le costó sostener el balón, más allá de que pobló el mediocampo.
Caprio fue un espectador de lujo casi hasta el tramo final del cotejo.
Humeler –rápido de piernas– le ahogó el grito de gol a Espejo, quien se demoró un segundo en la definición.
Pero, con el correr de los minutos, en base a la solidez defensiva, sobre todo de Vaquer, San Martín se fue afirmando y ya no pasó tantos sofocones.
Lotito movió reiteradamente la estructura colectiva. Sacó al “Colo” Acosta y entró Larrea de 9, después terminó con dos centrodelanteros con los ingresos de Colmenares y Vila.
Casualmente Colmenares tuvo la más clara del tramo final. Lo asistió Di Buo –el mejor de la cancha– y el 20 encontró una buena respuesta de Humeler.
Y cuando se moría el cotejo, la visita tuvo la única chance más o menos prometedora. Caprio dejó cortó un puñetazo en una pelota aérea, pero subsanó su error volviendo sobre sus pasos para evitar el gol de Rodrigo Sosa. Hubiese sigo muy injusto.