En el contexto de la lucha contra el dengue en la provincia de Formosa, las autoridades sanitarias intensifican los esfuerzos de control del Aedes aegypti, el mosquito transmisor del virus.
De acuerdo con el doctor Manuel Cáceres, subsecretario de Medicina Sanitaria del Ministerio de Desarrollo Humano del Gobierno de Formosa, la fumigación espacial constituye una herramienta clave para combatir la proliferación del mosquito, especialmente en áreas donde la transmisión del virus puede aumentar rápidamente.
“La fumigación espacial es una herramienta que no se puede desestimar para el manejo integrado de aedes, dadas las características de supervivencia y adaptación de este vector, así como las condiciones ecológicas y ambientales de nuestra provincia que favorecen su proliferación”, subrayó el doctor Cáceres. Este tipo de fumigación se lleva a cabo en cumplimiento estricto de las directrices del Ministerio de Salud de la Nación y forma parte de la Estrategia de Gestión Integrada de Dengue (EGI Dengue) que se implementa en la provincia.
El manejo integrado del vector en Formosa involucra múltiples acciones, incluyendo la vigilancia epidemiológica, la coordinación multisectorial y el fortalecimiento de la capacidad operativa de los sectores involucrados. Además, se enfatiza la atención clínica de los pacientes, el diagnóstico de laboratorio y el control riguroso del mosquito vector.
Entre las medidas clave, el doctor Cáceres destacó el descacharrizado, es decir, la eliminación de recipientes que acumulan agua y sirven como criaderos para las larvas del mosquito, así como el uso del larvicida biológico Bacivec (BTI) para tratar recipientes que no pueden ser descartados. “El Bacivec se utiliza para atacar las formas inmaduras del Aedes aegypti, mientras que la fumigación espacial y el uso de equipos livianos como motomochilas, así como equipos pesados montados en camionetas, se emplean para el control de los mosquitos adultos”, explicó Cáceres.
La fumigación espacial permite cubrir grandes áreas en poco tiempo y es especialmente efectiva para tratar tanto el peridomicilio, es decir, el frente y el patio de las viviendas, como el interior de las casas donde los mosquitos adultos suelen refugiarse. “El tratamiento con insecticida, mediante fumigación espacial, nos permite reducir rápidamente la población de mosquitos adultos, lo que disminuye la postura de huevos y, por lo tanto, la posibilidad de nuevos brotes”, añadió el funcionario.
Una de las principales ventajas de la fumigación espacial es su capacidad para tratar viviendas que permanecen cerradas o cuyos propietarios se rehúsan a permitir el ingreso del personal de salud. Estas viviendas, al no ser tratadas adecuadamente, representan un riesgo para el resto de la comunidad, ya que podrían mantener criaderos de mosquitos que continúan la propagación del virus. “En estos casos, la fumigación espacial se convierte en una herramienta indispensable para garantizar que las zonas afectadas estén completamente cubiertas”, puntualizó el doctor Cáceres.
“Sabemos que el fenómeno de resistencia es una realidad en varias zonas del país, y estamos monitoreando constantemente esta situación a través de la Red Argentina de Vigilancia de la Resistencia a los Plaguicidas de Uso en Salud Pública”, explicó el doctor Cáceres. A pesar de esto, hasta que se encuentren alternativas más efectivas, la permetrina al 10% sigue siendo el insecticida recomendado para el control de los mosquitos adultos.
Además de las medidas de control vectorial, el subsecretario de Medicina Sanitaria hizo hincapié en la importancia de la comunicación social para informar y educar a la población sobre la prevención del dengue. La colaboración de los vecinos es fundamental, ya que el éxito de estas campañas depende en gran medida de la eliminación de criaderos y del cuidado dentro de los hogares. “No podemos hacer esto solos, necesitamos el apoyo activo de la comunidad para eliminar los posibles criaderos y evitar que el mosquito se siga reproduciendo”, concluyó.