Al aludir al «Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia», el abogado Williams Dardo Caraballo destacó que «la impronta del presidente Néstor Kirchner ha quedado para la juventud. Un nuevo sentido en lo que hace a la reivindicación de las personas que han sido víctimas del Terrorismo de Estado».
«Se cumplen 42 años del inicio de la noche más trágica de la historia de los argentinos, que fue el golpe militar de 1976», comenzó diciendo.
Remarcó que «si hay una impronta que caracteriza en los últimos años a esta recordación y a esta fecha dolorosa en el calendario se la dio el compañero Néstor Kirchner con una política muy activa en defensa de la verdad, la memoria y la justicia. Y ya no es lo mismo la significación o la carga cultural que tiene esta fecha para los argentinos, que antes pasaba desapercibida».
«Si hacemos un repaso de estos 34 años de democracia, dimos el coraje cívico al inicio con el presidente Raúl Alfonsín, quien ganó las elecciones porque precisamente una de sus banderas de plataforma política era la persecución y el juzgamiento de los responsables de los crímenes de lesa humanidad. Y llegó a juzgar a la cúpula, las tres primeras Juntas Militares y sus nueve miembros», expuso el letrado.
Advirtió que «luego se cortó la cadena de responsabilidades por los carapintadas. Le arrancaron al poder político las Leyes de Obediencia Debida y Punto Final, que mientras estuvieron vigentes estos juicios se paralizaron por varios años. Pasó el menemismo, que no sólo ratificó estas leyes políticamente, sino que concedió los indultos vergonzantes a las personas que habían sido condenadas anteriormente».
Caraballo marcó que «tuvo que llegar el presidente Kirchner para poner de vuelta las cosas en su lugar y pasa a la historia, haciendo que esta fecha no pase desapercibida por todo el cambio cultural que le imprimió con la reanudación de los juicios o con gestos como bajar el cuadro de Videla y Bignone el 24 de marzo de 2004 o instituir a la ESMA, un lugar donde han estado en cautiverio unas cinco mil personas, como un espacio para la memoria».
«La impronta de Néstor ha quedado para la juventud. Un nuevo sentido en lo que hace a la reivindicación de las personas que han sido víctimas del Terrorismo de Estado», valoró finalmente.