El 13 de abril, en Argentina, se celebra el «Día del Kinesiólogo» en conmemoración a la creación -el 13 de abril de 1937- de la Escuela de Kinesiología, en la Facultad de Medicina (UBA). Su director fue Octavio Fernández, a quien se lo considera el padre de la kinesiología argentina.
El licenciado en Kinesiología Carlos Lukach, responsable del Servicio de Medicina Física del Hospital de Alta Complejidad (HAC) de Formosa, hizo notar que «con el avance de la medicina, la kinesiología pasó a formar parte de un pilar o una pata muy importante» en todo el sistema de salud.
Destacó que «no solamente el paciente es rehabilitado, sino que se busca un enfoque más generalizado, es decir, el paciente con el familiar, ya que si bien ellos están con nosotros un buen tiempo con el tratamiento después tienen que ir a la casa, entonces nuestra función también es enseñarle a ese familiar, de acuerdo a la patología, qué tipo de manejo debe tener con el ser querido».
«El enfoque siempre es integral y más en un hospital donde están todas las especialidades. Resulta mucho más placentero ver los resultados el día de mañana cuando uno le da el alta kinésica para que esa persona se vuelva a reinsertar en su medio familiar, social o laboral», resaltó.
Asimismo, el licenciado Lukach subrayó que «también se trabaja muchísimo la prevención», ejemplificando que «para prevenir accidentes cerebrovasculares se trabaja con la neurología y para trastornos de la columna con reumatología y traumatología».
«La prevención es fundamental para prevenir el día de mañana lesiones más problemáticas para la persona. Hoy, prevención con tratamiento van acompañados y de la mano», concluyó.