En el marco de la estrategia de intervención del gobierno provincial en el segmento productivo algodonero, las dos planchadas oficiales habilitadas llevan acopiadas más de siete mil toneladas. Se trata de lo producido en unas 4000 hectáreas, o sea que el 50% de lo cultivado en esta campaña ya ingreso a las desmotadoras que están trabajando en tres turnos diarios corridos con el acopio y desmote del textil.
Los datos fueron proporcionados por el subsecretario de Producción Sustentable, Alejandro García, que expone el buen año algodonero y las demoras lógicas en las planchadas en recibir la producción recolectada que pretende ser comercializada con premura.
Toda esta producción está ingresando a las planchadas habilitadas en las desmotadoras de Villa Dos Trece y General Belgrano, se liquidan a los valores de referencia que el gobierno fijo a principio de la zafra: para el tipo I, de $ 9.300; para el tipo II, $8.700 y en el tipo III, $7.900. Son considerados los mejores precios de la plaza regional algodonera, y se enmarca en una operatoria que surgió hace ya varios años por decisión del Poder Ejecutivo a fin de evitar la especulación de los compradores privados, que adquirían el algodón producido por los pequeños (paipperos) y medianos productores a valores que no compensaban en forma justa sus esfuerzos.
Acerca de los pronósticos de la dirigencia del campo optimista por este año favorable para el algodón, observándose mejores rindes por hectáreas, incluso avizorándose -a decir del director regional de la Federación Agraria Argentina, Rolando Ziesenis- que para la próxima campaña se pasaría de unas 8000 hectáreas a 12000, desde la esfera oficial se indico que en esto mucho tendrán que ver los productores de textil sumándose activamente y acompañando las políticas del estado provincial.
El dirigente agrario indicó que, “el algodón venia de varios años de falta de rentabilidad, disminuyó mucho en la región, y los precios bajos y el factor climático hacían que haya problemas para la siembra y cosecha”.
En ese sentido explicó que este año en la región, lo que es Chaco y Formosa, “el picudo aflojó, no tuvimos un ataque tan duro como antes, esto tiene que ver con el comportamiento de los productores, en cumplir con la destrucción de rastrojo y la siembra uniforme”.