Vicente «Tata» Salemi reseñó años atrás al presidente Juan Domingo Perón que «habiendo llegado el Territorio de Formosa a su madurez política y habiendo reunido todos los requisitos que establecía la Constitución Nacional para ser provincia venimos a peticionar la Soberanía Provincial».
Quien fuese el presidente de la Comisión Pro-vincialización de Formosa, fallecido a los 93 años de edad en noviembre de 2009 se expresó así cuando asistió a los actos realizados con motivo de conmemorarse los 50 años de aquella histórica jornada del 28 de junio de 1955 , trece años atrás.
Destacaba que «ese fue el motor de la campaña y felizmente tuvimos eco favorable porque había entonces en todo el país la idea de darle la soberanía a cada Territorio Nacional que habían llenado las condiciones de independencia. Fue así que Perón prometió la provincialización porque él creía que había llegado la madurez suficiente en los Territorios Nacionales para encarar su independencia».
Salemi recordó una metáfora que a su criterio revela palpablemente lo que significaba aquello, ya que «éramos gobernados por gente, diríamos ‘extranjera’, que venían de Buenos Aires, y que pensábamos los hijos de Formosa. La diferencia que existía, no eran los mismos sentimientos, ni las mismas preocupaciones. Esa metáfora sería la siguiente: «La abeja y la avispa liban de la misma flor, pero producen distinta miel». Lo que quiere decir que no era lo mismo que nos gobiernen «los de afuera» a que gobiernen «los propios hijos de Formosa». Ese era el motor de nuestra ideología e idealización soberana».
Había en aquella época un despertar de la conciencia localista, era un ambiente propicio, para iniciar una campaña de provincialización, para conseguir la mentada soberanía.
Había una pléyade de profesionales formoseños que ya estaba en condiciones de tomar las riendas de esta provincia.
«No hice más que aprovechar ese momento, esa madurez, es decir esa ideología ya madura de los formoseños, para iniciar ese petitorio a Perón», recordó el hombre que frente a frente al máximo líder que tuvo el justicialismo le planteó el sentir de todo un pueblo: el formoseño.
Hubo un recuerdo especial para quienes fueron protagonistas de esa gesta cívica que fue relatada por Salemi, quien señalaba que todo ocurrió cuando transcurría la segunda presidencia del general Juan Domingo Perón a quien calificó como un hombre impregnado de un sentimiento de igualdad social y humana que supo despertar a los territorios nacionales de su largo letargo.
“Con la firmeza esperanzada de una vida mejor organizada institucionalmente y consciente de su madurez política-evocaba Salemi- el pueblo de Formosa asumió la lucha por su ansiada soberanía”, rescatando que en esa decisión soberana mucho contribuyó para estimularla el gobierno central en la persona del teniente coronel Martín Carlos Martínez, formoseño de nacimiento, quien fue el encargado de traer la novedad de que se había aprobado el pedido de audiencia a Perón.
Una mañana de abril
En la otoñal mañana del 5 de abril de 1955, en el Salón Blanco de la Presidencia de la Nación, fue el propio Salemi el encargado de exponer ante el Presidente de la Nación los fundamentos de las llamadas “inquietudes libertarias del pueblo de Formosa”.
“El general Perón- relataba Vicente Arcadio Salemi- con cierto dejo de emoción y haciendo uso del viejo lema justicialista que señala que “El pueblo es el único artífice de su propio destino “nos prometió la provincialización de Formosa”.
Manifestó el presidente de la Comisión que con esa actitud quedó atrás un largo periodo de aislamiento, soledad y olvido de los territorios nacionales, para opinar que se trataba de “una injusta asimetría de nuestra historia nacional en contra de los sagrados principios de igualdad ciudadana de nuestra Constitución Nacional”.