Desde la Defensoría del Pueblo, remitió una formal actuación al ministro de Hacienda de Nación, para que se adopten medidas tendientes a no repetir el escenario del año pasado, donde la inflación anual terminó por encima del 48%, muy lejos del 17% estimado desde la cartera nacional de hacienda para el 2018.
“Este año, -afirmó el Ombudsman Provincial, José Leonardo Gialluca-, desde el Gobierno Nacional, nuevamente van a la carga con especulaciones, pues pretenden que la suba promedio de precios no supere el 15%, lo cual es una utopía y eso producirá daños graves a la economía nacional y por ende a los consumidores, siendo preciso que de una vez por todas se adopten medidas para que el salario de los trabajadores deje de devaluarse y se controle a la inflación”.
Advirtió que “hasta las consultoras más amigas del PRO y la UCR, los medios gráficos y digitales más afines al gobierno de Mauricio Macri, consienten en que no se bajará del 30 % de inflación para el 2019. El error en el que incurren, parte de la base del análisis equivocado de las situaciones que vivimos los argentinos, subrayó el funcionario provincial, y es por ello que no se adoptan medidas adecuadas, paliativas de las crisis que estallan, como la del año anterior”.
Revelo que “haciendo un paralelo, el Banco Central (BCRA) auguró un crecimiento del 1,2 % para el 2018, siendo que el año pasado el déficit fiscal cerró con un rojo primario de 356 mil millones de pesos y este año se plantea el déficit cero, ni las primeras superpotencias económicas a nivel mundial pueden llegar esto”.
Recordó que “en diciembre del 2017 el mismo BCRA proyectaba una inflación del 17,4 % para 2018, siendo que para diciembre pasado la misma acumuló un 49%. En cuanto al tipo de cambio se nos prometió un dólar a 20,40 pesos, siendo que cerró a 40 pesos, lo que representa una diferencia de proyección de casi un 98%”.
Gialluca denunció que “los consumidores no entendemos los anuncios de mejoras en la economía por parte de los funcionarios políticos del Gobierno Nacional, cuando el propio INDEC publica que las ventas en supermercados a fines del 2018 tuvieron una caída estrepitosa y todo ello producto de la recesión económica y de la caída en los salarios de los trabajadores. Es que el enfriamiento del consumo y la falta de efectivo en manos de los consumidores hace que las ventas en alimentos, vestimenta, servicios públicos, disminuyan drásticamente al punto tal que miles de PyMEs y negocios cierran sus puertas por no poder mantenerse”.