Nicanor Fernández tiene 67 años, es jubilado y toda su vida aportó para contar con la obra social del PAMI. Pero a la hora de solicitar una silla de ruedas, recibió la espalda de su obra social. Ante la necesidad, recurrió al gobernador Gildo Insfrán, quien solucionó su problema de manera inmediata.
“Yo soy diabético y tengo obra social (PAMI) y no nos hacen caso, nos dicen mañana pasado y nada. Por suerte tenía una silla vieja y mediante eso más o menos aguantaba, me amputaron el dedo grande de cada pie y por eso si o si necesitaba de una buena silla”, contó Nicanor.
“Me operaron en el sanatorio Lelong, salió todo bien pero necesitaba una silla de ruedas y ahora con este gesto que tuvo la provincia conmigo estoy más que agradecido”, agregó luego de recibir la silla de ruedas.
Su esposa, Andrea Fernández, se manifestó igual de agradecida y contó: “También estoy toda operada tengo 14 tornillos en mi pierna, nosotros dos nomás somos y no nos alcanza tengo tres mil pesos en remedio y no puedo comprar con un sueldo de cinco mil pesos, y la respuesta del PAMI siempre es nula. Yo voy y vengo porque necesito más remedio y nada; me hacen ir y venir muchísimas veces sin ninguna solución”.
Desesperación
«Ante mi desesperación tome la decisión de ir a pedir ayuda al Gobernador e inmediatamente me atendió y gestionó mediante el ministro Décima y la respuesta fue rápida ya tenemos la silla de rueda”, comentó.
Hoy, con la tranquilidad de saber que cuentan con un sistema de salud provincial que los entiende y respalda, sólo tienen palabras de agradecimiento. «Muchísimas gracias al señor Gobernador y al ministro por todo, fue inmediata la respuesta», expresaron.