En coincidencia con los 22 años de la inauguración del primer Centro de Validación de Tecnologías Agropecuarias en Laguna Yema el 27 de julio de 1997, se destaca que la información producida ha tenido un efecto multiplicador en la evolución de todos los estratos productivos pero sobre todo ha sido altamente beneficiosa para el de los pequeños productores agropecuarios que han mejorado notablemente sus expectativas de futuro.
Así lo reconoce el coordinador general del organismo, ingeniero Jorge Balonga, quien recuerda que la decisión del gobernador Gildo Insfrán de crear los CEDEVA tras su viaje a Israel en mayo de 1996 ha sido acertada por los resultados a la vista.
«Al tomar esa decisión política actuó como un adelantado porque percibió que los recursos naturales, como agua y suelo, estaban en manos del estado provincial ya que se la ameritaba como una buena combinación para provocar un desarrollo en la zona», opina.
“Es interesante ver como este instrumento de desarrollo tecnológico ha ido ocupando espacios y resolviendo dificultades en áreas donde el gobierno definió que tenían posibilidades de desarrollo”, expuso para subrayar que las políticas aplicadas desde el modelo formoseño para el desarrollo provincial han demostrado que el componente tecnológico es cada vez más relevante para la competitividad de los emprendimientos económicos pero también para la sustentabilidad del medio ambiente y la equidad social.
El funcionario -quien integró la delegación del mandatario que visito Israel en mayo de 1996 -recordó que se pudieron ver allí cosas que se fueron utilizando en el transcurso de la historia del desarrollo formoseño y reconoció que tuvieron oportunidad de percibir todos los elementos que había en el mercado y que se podían utilizar en la provincia para el manejo de sus recursos como la genética, la tecnología de riego, la capacitación y la organización en forma horizontal de grupos asociativos.
Memora que la instalación de la unidad experimental de Laguna Yema- a la que siguieron luego las de Las Lomitas, Misión Tacaagle, Ibarreta y Ceibo Trece- surgió como consecuencia del convenio celebrado con el estado de Israel y la llegada de técnicos israelíes, por ejemplo del Instituto Volcani , que sugirieron que lo ideal para cambiar la realidad del centro oeste formoseño era crear una estación experimental y empezar a trabajar con el agua que hay a través de distintos sistemas de riego y actividades productivas.
Asimismo, manifiesta que los CEDEVA han permitido integrar a las regiones productivas a la era del conocimiento tecnológico que no es otra cosa que la posibilidad de transformar el medio generando bienes y servicios de manera competitiva, permitiendo que ello se traduzca en mejores condiciones de trabajo, en una mejor distribución de la riqueza y todo ello en un contexto de sustentabilidad ambiental.
Todo se emprende bajo el precepto de la sustentabilidad de los sistemas productivos, interactuando con el ambiente para lograr rentabilidad económica, preservando la riqueza natural tanto en términos de biomasa como de biodiversidad.
“Pero, sobre todo –consigna- a partir de la visión que nuestro gobierno provincial tiene de la producción, con equidad social que significa que el hombre y su familia, viva donde viva, pueda desarrollarse en igualdad de posibilidades”.