Por la pandemia del coronavirus, la Liga Nacional de Básquetbol (LNB) fue paralizada desde marzo pasado, siendo una medida que afectó a todos los deportes del país. Ante esto la dirigencia de los clubes de la máxima categoría, vienen teniendo reuniones, donde se analizan dos posturas.cerca de esto, el presidente de la Federación Formoseña de Básquetbol y dirigente de La Unión de Formosa, Mario Romay, declaró que uno de los planteos es declarar al torneo como “desierto”, es decir, que no haya campeón ni descensos en la A y así también con las demás competencias del orden profesional.
Y otra corriente, que lo tiene como promotor al presidente de la Asociación de Clubes de Básquetbol (AdC), Gerardo Montenegro, quien señaló en declaraciones periodísticas que “no hay apuro” por suspender la Liga. A lo que Romay, agregó que entienden de que una vez superada la situación de la pandemia, se reanudaría la competencia y se jugaría hasta conocer el campeón. “Lo que requiere de unos tres meses al menos y no se jugaría el Súper 20 que habitualmente tiene como calendario los meses de septiembre, octubre, noviembre y diciembre para su desarrollo”.
Estas son en definitiva las posibilidades que hoy se analizan a través de las comunicaciones vía videoconferencia entre los dirigentes de los clubes, así como también los representantes de árbitros y jugadores.
“Respecto a la situación de los contratos de los basquetbolistas de la Liga, como de las demás competencias están llegando a buen puerto las negociaciones con ellos, de dejar abonado los salarios hasta el 30 de marzo”, justamente momento en que sucedió el parate total de los torneos, detalló.
En el caso de La Unión en plena gira por Buenos Aires, se comunicó la suspensión, el pasado 15 de marzo, y por el Torneo Federal-que Formosa también tiene equipos en la competencia-los últimos juegos fueron entre el 18 y 19.
Además “tenemos que tener en cuenta que para los jugadores se trata de su trabajo y tienen familias detrás de ellos, por lo que está la expectativa de ver cómo se reanuda o si finalmente deciden finalizar las competencias”, reiteró el funcionario.
En cuanto a su posición personal aseveró: “Mi postura es que no se siga, que el torneo se pare y se llegue a una negociación para que se abonen el 80% de los contratos”, ampliando que en los estrictamente económico y contractual los jugadores tienen obligadores y deberes con el club hasta que su equipo termine su participación en la temporada 2019/2020.
“Entonces si se reanuda en agosto –hipotéticamente- sigue corriendo el mismo contrato y se reanuda la cadena de pago en ese momento”, agregó.
Concluyendo que en la toma de decisiones, habría que buscar o ver la manera de que el camino que se decida tomar “sea lo mejor y menos perjudicial posible para los clubes, para los árbitros y para los jugadores”.