El ministro de Gobierno, Seguridad y Justicia, Jorge Abel González, confirmó que la provincia adhirió a la decisión administrativa de la Jefatura de Gabinete de Nación de habilitar la realización de actividades religiosas individuales en iglesias, templos y lugares de culto de cercanía.
Así lo informó el funcionario provincial este domingo durante la conferencia de prensa del Consejo de Atención Integral de Emergencia COVID-19.
La norma nacional aclara que en ningún caso tales actividades podrán consistir en la realización de ceremonias que impliquen reunión de personas.
“Nosotros tenemos una presentación que realizaron las iglesias evangélicas adjuntando un protocolo para la realización de estas actividades, que en este momento está en estudio para prevenir y cuidarnos entre todos porque la verdad que éste es un aspecto muy importante”, indicó González.
Admitió la necesidad que “tienen muchos de asistir a un templo para poder expresarse ante su creencia religiosa”, por lo cual se habilitó la actividad individual en todas las iglesias religiosas que tengan aprobación de la Secretaría de Culto de Nación.
El protocolo nacional
Esta disposición publicada en el Boletín Oficial establece el protocolo de seguridad e higiene que deberán cumplir los templos que reabran sus puertas y prohíbe que ninguna actividad consista en la celebración de ceremonias que impliquen reuniones de personas (misas o celebraciones).
De esta manera, el texto delimita que los fieles podrán asistir al templo más cercano a su domicilio, previo acuerdo con el ministro de culto; realizar oraciones individuales; y tomar los recaudos necesarios de distancia e higiene atendiendo las disposiciones sanitarias vigentes.
Los lugares podrán estar abiertos entre las 9 y las 16 horas y deberán permanecer adentro un ministro de culto, un auxiliar de limpieza, otro en la entrada que limite la cantidad de ingresantes y un máximo de diez fieles.
Entre las medidas de higiene dispuestas en el protocolo se destacan la colocación de alcohol en gel a la entrada y a la salida del templo, el uso de barbijos, el respeto de distancia mínima de dos metros entre las personas y no se permitirá que haya más de una persona por banco.
Además, durante las horas que permanezcan abiertos estos lugares deberá haber una persona que garantice la sanitización, que también será desinfectado al momento del cierre, incluyendo bancos e imágenes religiosas.
También el protocolo aclara que no se pondrá agua bendita en las distintas fuentes que estén en el templo y deberán colocar a la entrada y la salida trapos de piso mojados con agua con lavandina, que se renovarán cada hora para desinfectar el calzado de los asistentes.
Por último, las puertas del templo tendrán que estar abiertas para permitir la ventilación durante las horas de funcionamiento y deberán contar con recomendaciones visuales y señalizaciones en el suelo y los bancos para hacer respetar las normas de distanciamiento social, como también carteles en las paredes con recomendaciones de higiene y recordatorios sobre la prohibición de tocar y manipular objetos, superficies e imágenes.