Guglielmino confía en un despertar del movimiento portuario
El operador de Comercio Exterior, Pedro Juan Guglielmino, destacó la decisión nacional de poner en actividad la Hidrovía Paraguay-Paraná como parte de las medidas que incidirán en el mejoramiento de la economía argentina y por reconocer que el comercio exterior es un generador de los dólares genuinos que requiere el país para encarar etapa de evolución pos pandemia.
Manifestó que de ese modo no solamente se crean las facilidades para el pago de la deuda externa sino también para disponer de los dólares que hacen falta para atender las importaciones que se necesitan ya que aquí no se produce todo lo necesario para responder a las demandas de los distintos sectores productivos e industriales.
Guglielmino muestra su regocijo:”Por fin se habla de la Hidrovía”, reconociendo como plausible la intención expuesta por las máximas autoridades de la Nación y de las provincias ribereñas para aprovechar las ventajas comparativas que en materia de fletes ofrece el transporte fluvial para llegar con sus cargas regionales a los puertos marítimos y desde allí derivarlos hacia los mercados consumidores del mundo.
El operador estuvo intercambiando opiniones sobre la la nueva expectativa creada por la Hidrovía y la realidad portuaria del litoral sobre todo a partir del estímulo prometido por el presidente Fernández que contempla, entre otras cosas, la ejecución de obras de mantenimiento, dragado y balizamiento de la Hidrovía ya que considera que ello constituye un elemento clave en la consolidación de la logística adecuada para impulsar las exportaciones y afirmar el proceso de integración regional.
Mencionó que la Hidrovía Paraguay-Paraná se desarrolla en una longitud de 3.442 kilómetros, desde Puerto Cáceres, en el estado de Mato Grosso do Sud, en Brasil hasta la desembocadura del rio Paraná en el rio de la Plata.
Uno de los detalles a los que reconoce como una verdadera bendición es el hecho que de los 3.442 de la Hidrovía el 50% de su extensión riega las costas argentinas y permite que provincias como Formosa alienten un tiempo de ventajas para volver a instalarse como uno de los habilitados para que periódicamente lleguen hasta el nuevo puerto las barcazas para cargar los productos locales.
Guglielmino confía en que el tratamiento integral de estas actividades comenzará a darse una vez que se completen los trabajos de reconstrucción del sector afectado en el muelle del puerto formoseño ya que las operaciones, tal como se registraron ordenadamente hasta 2016, involucran el protagonismo de los productores y la cantidad de cargas a embarcar para que una vez que arriben las barcazas coincidan lo ofertado y lo cargado en las bodegas rumbo al mundo.
Confía en que se avance a en la idea de un dinámico sistema multimodal de transporte en el que se complementen las rutas,el ferrocarril y la vía fluvial para remitir las cargas hasta el puerto marítimo más cercano ubicado a 1.000 kilómetros de Formosa.
Negó categóricamente que esté en contra del transporte en camiones hacia los puertos aunque aclaró que cuando, como ahora, se deben cubrir grandes distancias los fletes aumentan y las ganancias disminuye mientras que el rol del transporte automotor es efectivo cuando se trata de recorrer distancias medias.
Sus interlocutores en el foro le consultaron como resuelven las trabas burocráticas que se plantean en algunas provincias argentinas, a lo que el operador formoseño les dijo que aquí se ha avanzado mucho en la flexibilización de los trámites lo que facilita la labor de quienes trabajan en este quehacer del comercio exterior, aunque admite que aún no se ha llegado al sistema de “ventanilla única” que se propuso a nivel continental y que rige en algunos países de Latinoamérica.
Sobre el movimiento de las barcazas en la Hidrovía, reconoció que, al menos en el tramo del río Paraguay, todas las que navegan son de bandera extranjera por lo que también se recibió con beneplácito la decisión presidencial de volver a fomentar la organización de la otrora eficiente flota fluvial del estado.