Instan a la población a tomar conciencia sobre los daños que causa a la salud, a prevenirla a través de la práctica de hábitos saludables y a detectarla tempranamente por medio de los controles médicos periódicos
Según lo estableció la Organización Mundial de la Salud (OMS) cada 12 de noviembre se conmemora el Día Mundial de la Obesidad. La fecha busca, por un lado, crear conciencia sobre los serios daños que acarrea esta enfermedad a la salud y, por otro, en la importancia de prevenirla, principalmente, a través de la práctica diaria de hábitos saludables.
Desde el Programa Provincial de Obesidad y Cirugía Bariátrica, que tiene su sede en el Hospital de Alta Complejidad, explican que la obesidad es una enfermedad multifactorial, que se caracteriza por la acumulación excesiva de grasa en el organismo, a causa del desequilibrio entre las calorías que ingresan y egresan.
Afecta a todas las edades. Según datos de la OMS, el 25% de la población mundial padece sobrepeso u obesidad y el 35% de los adultos, en todo el mundo, sufre de estas afecciones.
En la Argentina 6 de cada 10 adultos sufre obesidad o sobrepeso y, según relevamientos efectuados por el mencionado programa de salud, se estima que entre el 20 y el 26 % de la población de la ciudad de Formosa se encuentra afectada.
“La obesidad ocasiona que la grasa que se acumula en el organismo se aloje en todos los órganos: estómago, hígado, corazón, entre otros principales, por lo cual, representa una de las principales causas de las enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT), ya que, el organismo funciona mal debido al exceso de grasa acumulada”, describió la responsable del Programa Provincial de Obesidad y Cirugía Bariátrica.
Algunas de las enfermedades, más frecuentes, asociadas son: diabetes, hipertensión, dislipidemia e hígado graso; síndromes metabólicos, otras patologías cardiovasculares, índices elevados de colesterol y triglicéridos, problemas osteoarticulares, riesgo de padecer cáncer y apnea del sueño, entre otras.
Refiriéndose a los factores multifactoriales que se asocian al desarrollo de esta enfermedad dijo que, se consideran, entre otros, los genéticos (antecedentes familiares de obesidad), presencia de enfermedades metabólicas (tiroides, glándulas suprarrenales), malos hábitos alimentarios, sedentarismo y falta de actividad física regular y sostenida en el tiempo, factores socioeconómicos.
Valoró que lo importante es la prevención y la detección temprana. Para ello, instó a las personas a poner en práctica hábitos de vida sanos, sobre todo en lo que respecta a la buena alimentación y a poner el cuerpo en movimiento a través de la actividad física, al menos 30 minutos por día.
En tanto, alentó a concurrir a la consulta médica periódica para detectar la enfermedad de manera temprana, “porque cuanto más temprano se advierte, más posibilidades tenemos de obtener mayores y mejores resultados con el tratamiento”.
Hizo hincapié en la necesidad que tenemos en tomar conciencia de los severos daños que causa esta enfermedad a la salud. Y entender que, “no debe ser una elección de vida, sino que debe ser entendida como una patología, que requiere ser tratada oportuna y adecuadamente”.
Trabajo del Programa
Acerca del funcionamiento y el trabajo que lleva adelante el Programa de Obesidad y Cirugía Bariátrica, que despliega actividades desde el año 2008, para recuperar la salud y mejorar la calidad de vida de las personas que padecen esta enfermedad, la médica referente comentó que “es un programa de tratamiento intensivo y multidisciplinario”
Está destinado a pacientes, con la condición de IMC igual o mayor a 35, que vienen derivados del hospital Central –adultos-, o del hospital de la Madre y el Niño –niños-, cuando no tienen cobertura de obra social. Y en los casos, que si tienen cobertura, vienen derivados desde centros o clínicas privadas”.
“Abarca también a los que tienen IMC igual o mayor a 40 que, además, tienen otra enfermedad, que hayan intentado anteriormente otros tratamientos para bajar de peso y fracasaron, y que lleven varios años de sufrir obesidad”, añadió.
“Se hacen talleres grupales con cada uno de los profesionales y consultas individuales. Cuenta con una instancia de rehabilitación física que se realiza en el área de kinesiología o medicina física del hospital”.
Precisó que por la pandemia “tuvimos que adaptar nuestras actividades para poder continuarlas y no interrumpirlas. Y durante este periodo, todo lo estamos haciendo por zoom”.
El plan trazado, desde el ingreso del paciente “tiene una duración de 13 semanas y desde el principio se busca es reeducarlo en cuanto los hábitos alimentarios y de actividad física. Contenerlo, acompañarlo y estabilizarlo durante el tiempo que procura bajar de peso”.
“Si el paciente se adaptó a los requerimientos, significa que pudo bajar de peso. Para realizar la cirugía, le pedimos que baje el 10 % del peso que tenía cuando inició el tratamiento. Esto se debe a que cuando el organismo disminuye la cantidad de grasa acumulada, por un lado, hace que la técnica quirúrgica sea más sencilla, también se desinflama y esto representa menor riesgo quirúrgico”, explicó.
Y como otro punto, puso de relieve que lo fundamental “es que se haya adaptado, es decir que haya modificado sus hábitos de vida para no fracasar transcurrido el tiempo luego de la cirugía”.
En tal sentido, dio a conocer que el programa lleva a cabo cuatro tipos de cirugías: manga gástrica, by pass gástrico, balón intragástrico y BAGUA, las cuales “son todas efectivas”. Pero aclaró que en el tratamiento, estos procedimientos son solo complementarios, porque lo importante “es que el paciente se reeduque y cambie su estilo de vida”.
Por otra parte, subrayó que con posterioridad a la cirugía, el paciente debe continuar con sus controles de por vida. En el primer año, deben hacerse controles periódicos estrictos al mes, a los 3, 6, 9, 12, 15 y 18 meses. Pasado este tiempo, deben hacerse 2 veces al año “y deben extenderse a lo largo de la vida”.