Rodolfo Roquel
Se ha puesto de moda, entre nosotros, la expresión libertarios, pero ¿cuantos tipos de libertarios hay y de cuáles tratamos?
En un principio la palabra libertario se usó como sinónimo de anarquista: el socialismo libertario proponía de la propiedad privada de los medios de producción sino también del Estado, que sería no solo la abolición sustituido por acuerdos libres. Sus militantes no renunciaron al uso de la violencia terrorista (como el asesinato en nuestro país del Jefe de Policía Ramón
Falcón). Entre nosotros se publicó durante muchas décadas su periódico La «Protesta». (Naturalmente el sistema funcionaría como lo soñaron Bakunin y sus seguidores si no existiera el pecado original).
Otra corriente mucho más reciente, es el libertario de derecha, constituido por poderosos empresarios y economistas que rechazan toda intervención del Estado que limite de cualquier r forma, la libertad del mercado ( por ej. Milei).
Pero aquí hacemos referencia a muchos adolescentes y jóvenes que en las últimas formas de protesta se han unido ruidosamente, a quienes se oponen a las restricciones destinadas a limitar la circulación del virus que infecta al mundo. No son muchos, según me han dicho, pero sí ruidosos y hasta agresivos. Todo hace suponer que son, en su mayoría «ni ni» que es la forma en que solemos referirnos a quienes no tienen oficio ni beneficio, pero que cuando se los interroga se autodenominan «libertarios».
La juventud ha sido siempre ruidosa y rebelde, pero rebelde contra las injusticias apoyando las causas nobles y los ideales más puros. El Estado formoseño desde el principio de la pandemia adoptó medidas duras para prevenir la circulación del virus y proteger la vida y la salud de todos, medidas que, naturalmente, limitaban la libertad de movimientos y afectaba la actividad mercantil.
Eso motivó la protesta de algunos a la que se sumó el pequeño grupo juvenil que nos ocupa. El acierto de las sabias medidas adoptadas por nuestro gobernador se reflejó en el mínimo número de afectados por el mal y de casos fatales. Pero a partir justamente de esas protestas hubo un relajamiento en las c conductas individuales y grupales con el resultado que estamos viendo de aumento exponencial de casos y de letalidad.
Por eso creo que familiares, amigos y compañeros de esos muchachos desorientados tenemos que recordarles que la libertad consiste en la facultad de elegir los medios teniendo en cuenta el fin y que ese fin, ante la pandemia, debe ser cuidar la vida y la sąlud de todos los integrantes de nuestra comunidad.